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Daniel Caran

Por Daniel Caran

Gobernador Virasoro estaba signada a ser la localidad núcleo del polo maderero provincial. O sigue siéndola, tal la visión optimista o tozuda de algunos.

 

Y no es por falta de apoyo local, justamente, habida cuenta de la constante colaboración del Gobierno Provincial en éste emprendimiento integral. Tampoco tiene que ver con ‘la mano generosa’ de la naturaleza, que dotó a la zona de una ingrediente terrenal pocas veces visto que permite establecer opciones de producción maderera a largo plazo, casi sin riesgos.

 

El tema pasa por el escenario nacional de debilidad financiera que impide el crecimiento exponencial de un sector altamente fértil y en constante crecimiento… hasta ahora.

 

Así las cosas, en el último semestre se desmoronaron las firmes estructuras cual naipes débiles al viento, echando por tierra otra esperanza regional de opción productiva concreta.

 

"La caída en las ventas ha sido de entre un 40 y un 50%. No creemos que se produzca un gran cambio en el segundo semestre. En Virasoro no cerraron empresas, pero se trabaja menos horas pero están manteniendo la fuente de trabajo", reconoció Mercedes Omeñuka, Asociación de Madereros y Afines de Corrientes (AMAC).

 

La situación implica, en principio, la reducción en horarios de trabajo en varios comercios relacionados directamente con la industria y la producción en madera, que en Virasoro aparecieron de a montones con el boom de ésta alternativa económica.

 

Con el escenario en crisis a nivel nacional, y sin perspectivas serias de cambiar las cosas, todo pasa de castaño a oscuro.

 

Hace una década, más allá de la industria maderera, Virasoro parecía instalarse como una de las localidades con mayor índice de crecimiento en la Provincia. Y si se sumaba la oportunidad de avanzar con lo que le dotó la naturaleza… más aún.

 

Pero todo terminó siendo un lindo sueño que en la actualidad llama a la reflexión de toda la comunidad ya que unas 1200 familias dependen directamente de los locales madereros en toda la cadena de producción.



“Se está tratando de mantener la plantilla laboral, se está haciendo un gran esfuerzo pero necesitamos que esto se revierta” manifestó Omeñuka, y la primera observación pasa por la cantidad de jóvenes que deja la localidad, algo que no se había dado en los últimos años rompiendo el esquema casi común de las localidades correntinas del interior.

 

“Hoy el desafío es mantenernos…”, dijo la referente del sector. Todo un mensaje.

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