Por Daniel Caran
Aunque repetidamente y hasta el cansancio, en éstas líneas reiteramos sobre las urgencias que subyacen en la realidad absoluta que nos golpea.
Por éstos lares hoy vuelve a faltar comida y trabajo, y eso para muchos no parece ser importante.
La agenda política parece obligarnos a hablar de las peleas por la reforma y las obvias estrategias por lograr candidaturas, y dejamos de lado esa pobreza que crece de manera preocupante y que nos ofrece cuadros concretos de muestra: más gente buscando comida entre la basura, más gente buscando cartones en el centro… y otros hechos dolorosamente nuestros.
En ese mapa de absoluta desazón, hablar de reforma y candidaturas parece hasta una locura.
Y una cosa (la pelea política) no está absolutamente descolgada de la otra (el hambre que crece y el trabajo que escasea).
La Iglesia ya sentó posición, y las palabras de Andrés Stanovnik sobre que “lo urgente es la pobreza y el duro momento económico que estamos pasando”
“A mí personalmente me parece que no es el momento para dedicarnos a este tema (reforma). Me parece que la coyuntura que estamos viviendo merece prestar atención a otras cosas. Por ejemplo, hoy tenemos un paro docente y este paro responde a una necesidad que no sólo viene de un sector docente sino que viene de todos los sectores. No estamos pasando un momento económico bueno y las familias que están padeciendo esto siempre son las de menos recursos”, argumentó Stanovnik.
A la opinión siempre atildada del prelado deben sumarse conceptos opositores de lo que pasa en la calle: “hace unos años recibíamos la ciudad con los reclamos vecinales por más pavimento, más iluminación, más obras. Hoy la gente nos está empezando a pedir comida, porque se está quedando sin trabajo”, aseguró el intendente Fabián Ríos en uno de sus últimos actos políticos, acompañado por Camau Espínola.
Éste último coincidió con Ríos: “estamos preocupados por la falta de trabajo. Por eso estamos dispuestos a ayudarlo al Gobernador para que el final de su administración sea lo menos traumática posible”, dijo.
Si establecemos una mínima muestra de compromiso deberíamos saber diferenciar las cosas, acallando a los desesperados por tomar el camino que a nadie le conviene.
Hay otras urgencias, aunque algunos –empecinados con el poder- cierren los ojos ante lo que observan y sienten.