Por Daniel Caran
El fuego no para de avanzar y consumir todo a su alrededor. Estamos ante una tragedia de magnitud apocalíptica y en el medio asistimos a los clásicos chisporroteos y vociferaciones de las autoridades provinciales que insisten en no hacerse cargo de sus responsabilidades.
Incluso sostenidos por ese espejismo electoral de 77% obtenido en las elecciones del año pasado.
En medio de fuego y ola de calor que consume a nuestra tierra y sus habitantes, el Gobierno nacional en menos de una semana envió a las arcas locales: $400 millones, divididos en $200 millones para créditos blandos destinados a productores afectados por el fuego y otros $200 para atender la logística de movilidad de casi cien brigadistas diseminados por diferentes puntos de la provincia, más helicópteros y aviones hidrantes. Se anunció también la puesta en marcha desde marzo pasado de un cuerpo permanente de brigadistas correntinos que serán capacitados por expertos nacionales.
Ante este aluvión de ayuda nacional pregunté: ¿Y la discriminación que dice padecer el gobierno provincial a manos del nacional? Un latiguillo agitado desde hace 20 años y usado con maniqueísmo para ganar elecciones.
Las autoridades locales quedaron desnudas ante la crisis del fuego como ocurrió con la pandemia. Se evidencian los dramas estructurales de una provincia anclada en el siglo pasado. Sin inversiones de fondo y lo peor, sin gestión para iniciar un cambio en esas carencias estructurales que padecemos correntinos y correntinas.
Me quedó una respuesta del viceministro de Ambiente de la Nación cuando anunció, aquí en Corrientes, que se instalará en Apóstoles (Misiones) una base permanente de brigadistas. Habrá otra en la provincia de San Luis para que el desplazamiento de personal sea mucho más dinámico hacia el centro y norte del país. Al funcionario un periodista correntino le preguntó por qué esa base de brigadistas, que tendrá capacidad operativa para moverse en el litoral argentino no es instalada en Corrientes. La respuesta responde a muchas cuestiones: “Porque el gobierno de la provincia de Misiones hace tiempo nos dispuso un predio donde se puedan asentar los brigadistas y aviones hidrantes”.
Comprendí que en esa respuesta caben muchas cosas. Corrientes a través de sus representantes en los últimos 20 años se cerró al exterior, eso también la mantiene atrasada en desarrollo económico, social y cultural.
Por eso, este tipo de crisis evidencian esas cuestiones. Las dejan al descubierto.
Es hora de empezar a ver qué es lo que queremos ya no para un futuro lejano o a mediano plazo. Debemos definir qué queremos para ahora, el cambio climático no deja tiempo para la espera y mucho menos para la inacción.
Basta ver las capitales de las provincias vecinas cómo están y cómo seguimos nosotros. Esperando algo que nunca llegará porque seguimos con las mismas recetas del siglo pasado.
El maniqueísmo de que todo lo malo viene de afuera de Corrientes es parte de ese atraso que la realidad, con esta crisis que atravesamos, la vuelve a dejar al descubierto.