Por Daniel Caran
En todo conflicto, suelen no medirse las consecuencias de los peligrosos ‘efectos colaterales’, y en la pelea de Colombi por lograr avanzar con la reforma, son muchas las esquirlas que caen en derredor, lo que implica un sinnúmero de heridos secundarios.
La ira de Colombi tiene que ver con el convencimiento de que el tiempo le juega en contra. En los últimos días rebeló que Fabián Ríos dio marcha atrás con su apoyo, por lo que se considera traicionado por el Intendente capitalino.
Ríos, en este caso, jura y perjura no haberse comprometido con algo o alguien, y bien puede pensarse que en la desesperación del mercedeño también se mete su particular concepto de entender las cosas para el lado que le conviene.
En ese contexto, lo único cierto es que el conflicto lleva a nuevas discusiones en la conciliación de deudas de Gobierno provincial con la Comuna. Y esto tiene uno de los efectos colaterales más serios: la desfinanciación del principal distrito comunal, con toda la implicancia social que ello determina.
“Si seguimos con esta tesitura va a ser complicado cumplir las obligaciones salariales. Leyendo claramente a la decisión del Gobernador, él dijo: ‘descuéntele a Capital para que no puedan pagar sueldos’”, anticipó crudamente Ríos.
La historia tiene sus bemoles en las distintas peleas encaradas en reparticiones públicas.
La del IOSCor, con una resolución con características de presión, permitirá que desde este lunes se termine el paro. Pero, ello implicó impulsar y propiciar una pelea interna entre los trabajadores que puede terminar mal en cualquier momento.
Pero claro: la noticia es la solución, a cualquier precio.
Lo mismo pasa con la Policía. Se avizoran soluciones enmarcadas en posicionamientos sectoriales que enfrentan a trabajadores.
Todo tiene que ver con todo. Los efectos colaterales de un enojo que no tiene fin.