Por Daniel Caran
Cuando el adversario reconoce el poderío, uno debería construir alrededor de ese reconocimiento una fortaleza política inexpugnable. En la discusión política, muchas veces es mayor la virtud de admitir la fuerza ajena para desde allí potenciar lo que se tiene.
En las últimas horas, Carlos Vignolo reconoció la influencia que tendría la decisión del Congreso del PJ en la intención reformista que busca prolongar la permanencia de Colombi en el poder.
Es que para el Ministro Secretario General de la Gobernación “si el Congreso del PJ dice no será muy complicado avanzar. No anula el objetivo, pero complica”.
El reconocimiento del influyente ministro del Gobierno Provincial deja manifiesta una clara y precisa visión de la realidad que no condice con la mirada hacia dentro que debe hacer el peronismo, para potenciar su real influencia en la cuestión.
Es el propio Vignolo quien, dentro de su sinceramiento, reconoce al consenso como el principal elemento para avanzar, y el consenso sí o sí debe incluir al Justicialismo correntino.
Ahora: ¿es uniforme la posición peronista respecto a la reforma?. No puede ser así cuando ni siquiera hay una postura clara y concisa de sus principales referentes.
Hoy, el ‘camauismo’ rechaza de manera contundente cualquier atisbo reformista. Esto incluye la postura de algunos intendentes importantes del interior.
¿Y el núcleo duro del peronismo?. Encabezados por Fabián Ríos tienen por éstos días una posición fluctuante, pero con la sabida capacidad de negociación del mandamás capitalino todos los cañones apuntan a un acercamiento al Gobierno, lo que significaría un aval explícito a la reforma.
¿Tiene solución esta diferencia?. Solo cuando se plantee como cuestión de urgencia dentro de los órganos partidarios se podrá responder ésta pregunta.
Mientras los que están enfrente reconocen el poderío, admiten el obstáculo que implicaría un no peronista, el propio Justicialismo prolonga su incoherencia desde el silencio y la inexpresiva necesidad de evitar lo inevitable.
