Por Daniel Caran
“Seguramente en marzo se hará público el nombre de nuestro candidato o candidata. Colombi ya tiene en claro quién es", dijo Carlos Vignolo, el ministro político del Gobierno, y uno de sus principales referentes.
Queda claro que el mandamás mercedeño ya tiene el nombre, y aunque en la entrevista brindada por el funcionario a una radio colega se le insistió con alguna pista, evitó avanzar más en el tema.
Colombi ya sabe, pero lo mismo, tal como aseguró Vignolo, se hará un trabajo de campo para evaluar a los candidatos de cara a la sociedad.
Se plantean entonces los interrogantes: ¿Qué pasa si el elegido o elegida por RC después no mide en el común de la gente?... o… ¿Y si ese mismo nombre no tiene el consenso pleno del radicalismo, o del ricardismo?.
Está claro que la sucesión es un problema complejo para la alianza gobernante, aunque todos se empecinen en demostrar lo contrario.
Desde la idea firme (o caprichosa) de optar por un radical, o no admitir que será el dedo de Colombi el que termine definiendo todo… toda la estrategia pasa por lo que dirá ‘el soberano’.
Es el riesgo de los liderazgos fuertes, y Ricardo Colombi ya lo sabe, por la nefasta experiencia de su primo Arturo.
Pero, no obstante esto último, otra de las perlitas que tiró Vignolo tiene que ver con la decisión (u orden) de establecer una especie de ‘gobernador paralelo’ con el benemérito mercedeño, quien a confesión de parte, tendrá pleno poder en las decisiones de su sucesor.
"Como fuerza política tenemos la fortaleza de la autocrítica. Nos interesa mucho el trabajo en tandem", dijo Vignolo, y agregó: “quien sea candidato deberá escuchar y trabajar en conjunto con el Gobernador, y una vez en el Gobierno deberá seguir esa idea. Esta es una propuesta de trabajo consensuada por todos desde ya, y se respetará eso”
Esto último trae el recuerdo pésimo del primo gobernador, y los tironeos que derrumbaron un esquema con duras peleas en el medio.
“Es un mito decir que Colombi elegirá el candidato. Su opinión es importantísima pero estas decisiones no son en soledad”, admitió.
El soberano ya eligió. El problema vendrá si el elegido no es el mejor.
