Por Daniel Caran
La pacífica tarde del asueto por el 3 de Mayo tuvo su momento de furia política con la aseveración de Fabián Ríos: “ayer (por el lunes 2) no hubo retenciones. Estamos en un espacio de diálogo que esperemos continúe”.
Con los medios ‘a media’ (y no es un juego de palabras) los dichos del jefe comunal quedaron en la nada, y solo tuvieron real repercusión horas después, cuando una catarata de mensajes provenientes del Palacio de Hacienda alertaba a amigos periodistas sobre lo que (para ellos) estaba sucediendo: “no es así. Las retenciones continúan. No hay ningún acuerdo”.
Muchos apurados por hablar de éste nuevo encontronazo leyeron y le dieron crédito a los whatsapp que llegaban desde la esquina donde tiene sus oficinas el todopoderoso Vaz Torres. Y en rigor de verdad: ¿cómo negar lo que él dice… o manda a decir?.
Sin embargo, con el mismo vértigo de lo inesperado, Carlos Vignolo confirmaba lo dicho por su amigo Ríos horas atrás: "las retenciones están suspendidas durante 30 días, y mientras tanto se busca resolver el conflicto. La idea es una presentación conjunta entre Provincia y Municipio, solicitando 30 días para que de esa manera lograr ponernos de acuerdo en término de números”, explicó.
Vignolo, como para dejar bien sentado el conflicto interno y para evitar vueltas sin sentido, adujo una urgente partida a Buenos Aires y cortó abruptamente la comunicación telefónica con los colegas de una radio.
Todo rápido: Vignolo dejaba en orsay a Vaz Torres desnudando una cruda interna que parece instalada en las huestes colombistas.
El silencio entonces pasó a ser el estado de los equipos propagandísticos del jefe de Hacienda.
Los datos que surgieron más tarde, confirmados por Fabián Ríos, consolidaron el escenario de pelea interna ya imposible de esconder: una reunión el lunes por la noche con la presencia del mismísimo Colombi, Ríos, Vignolo, Flintas, y los senadores Pruyas y Sand.
A esta altura de los acontecimientos, planteada la tregua Provincia-Municipio, vale preguntarse hasta cuándo durará, aunque tal vez lo más jugoso pase por los entredichos internos del ricardismo puro.
Las peleas que se vienen… esas sí que no tendrán tregua posible.
