Por Daniel Caran
“Camau es un buen candidato… pero Fabián también lo es”, dijo el senador provincial Roberto Miño, quien no tuvo reparos en admitir su simpatía política con el actual Intendente capitalino.
Y fue más lejos: no descartó la posibilidad de que Espinola vuelva a pelear por la Capital.
Esa hipótesis, hasta hace un tiempo un imposible, empezó a tomar fuerzas puertas adentro del PJ correntino habida cuenta de un crecimiento en la imagen de Ríos, teniendo en cuenta su buena gestión, en contraposición al decaimiento del exmedallista, que no puede sostener del todo su presencia a partir de su tarea como legislador.
Pero este enroque bien puede derivar en conflictos insospechados.
Todo pasa por evitar las internas que –anticipan- puede dejar muchos heridos… y graves.
Desde las huestes ‘camauistas’ están más que molestos con el entorno de Ríos: creen que éste llegó con el envión de Camau y en los últimos tiempos se aprovechó de eso y hoy casi que lo descarta.
¿Hasta dónde se podrá aguantar acompañar al otro luego de una feroz interna?.
Camau y Ríos, mientras tanto, inteligentemente buscan acordar ‘a fuego’, como ocurrió en el pasado, en la coincidencia plena de que no podrán hacer nada cada uno por su lado.
Animado por los datos que le llegan a sus oficinas, y por los múltiples logros de su gestión, Ríos quiere tener revancha de su tercer puesto en 2009. Camau lo sabe y no está dispuesto a quedarse sentado, pero: ¿Quién lo apoyará en la quimera de sostener el poderío electoral del pasado 2013?.
Ríos tiene su estrategia: pretende aglutinar el enojo ‘anti Macri’, y para eso se acercó a los ‘cristinistas’ más duros, a sabiendas de que sus chances mejoran si apuesta por el voto castigo a la Nación.
El peronismo empieza a mostrar su realidad. Los liderazgos no son gratuitos, y ejercerlos cuesta… no solo dinero.