Por Daniel Caran
Ricardo Colombi sigue enojado, un poco más de lo que está habitualmente. Pero algo cambió en su particular semblante: como quien sabe de su destino inexorable, empieza a acomodar sus cosas, a aceptar lo que le depara la vida, ya que deberá dejar nuevamente el cómodo despacho de la rosada local.
Y entonces pega los últimos puñetazos, como boxeador que se sabe noqueado.
Lo distinto de su carácter tiene que ver con aceptar – a regañadientes- lo que ya no tiene sentido pelear.
“Es difícil que salga la reforma porque no hay números para aprobarla”, dijo en las últimas horas.
Y tal lo dicho, con sus últimas fuerzas de peleador nato, eligió un enemigo temporal: Fabián Ríos: “habíamos acordado con el Intendente de la Ciudad que iba a acompañar el proyecto general y lamentablemente cambió el caballo a mitad del río”
“Sin el acompañamiento del PJ no será factible, esto es así”, sostuvo entre frustrado y sincero.
Así las cosas, el actual Gobernador plantearía un cambio de rumbo en su estrategia
ya que ahora deberá buscar a su reemplazante.
Por eso, y no es un dato menor, elige como acompañante a Gustavo Valdez, que sería ‘su’ elegido, pero que está pasando la prueba que le exige el primer mandatario en el contacto con la gente.
Pensará tal vez el mercedeño que perdió el tiempo en su intentona… y ahora junta sus calchas. Parece que buscará volver a las fuentes: nunca es tarde para volver a empezar.
