Por Daniel Caran
Como años atrás el cordero terminó siendo elemento sustancial de un acuerdo político, en las últimas horas cambiaron los escenarios culinarios, y de la exquisita carne asada del tradicional animal que crece mucho en Mercedes la realidad terminó con un humilde y más mundano guiso.
Claro que la pregunta, ante la diferencia de conceptos relacionados con cada menú, implica saber hasta dónde llegará ‘el pacto del guiso del lunes’, que dejó a más de uno con la herida abierta y los ojos enrojecidos de bronca.
Colombi, siempre destacado en éste espacio por sus dotes de político de fuste, entiende a rajatabla el ‘reglamento’. Todo está en su contexto de análisis, aunque del otro lado Fabián Ríos tampoco tiene nada que envidiarle. Pero, claro está y puede observarse con absoluta franqueza, el que tiene la billetera dice qué, cómo y cuándo hacer las cosas… y es allí cuando los demás quedan entre heridos o exultantes, según cómo termine cada comilona.
¿Cuánto durará la paz del guiso?. Es la pregunta del millón.
Más aún cuando ésta cena contó con algunas presencias relevantes pero también determinó ausencias de protagonismo fuerte.
Y los ausentes no solo no fueron invitados: ni siquiera sabían del mitín.
¿Qué se puede leer de esto?. Derrota de algunos ‘ricardistas’ de paladar negro ante otros que, con suma prudencia y coherencia política, se animan a decir un poco más las cosas tal como son.
Es por eso que en este esquema el que más tiene por perder es el cocinero del famoso guiso de fideos ‘mostacholes’: el intendente Fabián Ríos, quien deberá lidiar entre la necesidad extrema de mantener el acuerdo para no tener problemas financieros y los coletazos de la pelea interna entre los que están empezando a tomar posiciones para el ‘post colombismo’.
Leyendo esto, amigo lector, fácilmente podrá percibir que todo el ‘entongue’ (guiso o cordero mediante) tiene a solo algunos protagonistas de la historia: los más poderosos. Es que usted, como yo, y otros tantos (la mayoría) solo deberemos esperar para ver cómo dirimen sus cuitas unos y otros.
En ese esquema nuestro guisito, mucho más modesto que el del lunes, seguramente no tendrá mucho de magia.