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Opinión del Director

Los riesgos de la mano blanda

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Crédito: 18260
Daniel Caran

Por Daniel Caran

Nunca está de más tener una voz más potente que el resto que determine posicionamientos concretos. En política, los liderazgos deben ser fuertes o los riesgos siempre serán grandes.

 

En el PJ correntino se sigue perdiendo el tiempo si de diagramar una campaña se trata.

 

Y si bien hay aún un tiempo prudencial para definir las cosas está claro que éste no es el camino. Sin conducción firme, el irremediable paso siguiente será otro fracaso electoral.

 

Con Camau Espínola y Fabián Ríos desafiándose a sus modos, con la incomprensible indefinición interna, lo que se observa es una realidad frágil, llena de grises, y el tiempo pasa.

 

La decisión del senador Miño en la sesión del Senado de la semana que pasó dejó en evidencia una falta absoluta de coherencia en la conducción partidaria. Y no es culpa del legislador, ni de Camau, ni de Ríos, ni de Bassi… o tal vez sea culpa de todos.

 

Es que si bien todas las miradas cayeron sobre una decisión del santaluceño, hay que dimensionar las cosas desde lo más amplio.

 

¿Puede el peronismo correntino establecerse como alternativa de poder en medio de tanta incertidumbre?

 

La decisión que tomó Ríos en su momento, de dejar la conducción partidaria para descomprimir las cosas, se encontró con una realidad indiscutida: Bassi no aglutina las broncas ni los resquemores. Parece ser un Intendente comprometido con su gestión, y allí ya tiene mucho. Y estos tiempos partidarios parecen escapárseles de la mano.

 

"Falta una conducción que fije una postura partidaria en el PJ”, se animó a decir en las últimas horas la senadora provincial Nancy Sand y agregó: “quizás el presidente del partido (Gerardo Bassi) está un poco ausente a la hora de tomar decisiones importantes”.

 

“En la medida en que no nos vayamos organizando, no vamos a tener una decisión conjunta”, dijo y sintetizó lo que sienten muchos dentro del peronismo correntino.

 

Con liderazgos blandos, las decisiones suelen ser dubitativas. Hay veces que conviene pelear, pero que en la pelea estén todos. De a uno, a los ponchazos, sin conducción… no sirve.

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