Por Daniel Caran
En política nadie llega de casualidad, y mucho menos siendo zonzo.
Si tienen una virtud los que ocupan cargos es el saber aprovechar las oportunidades a partir de la lucidez mental, al menos utilizada en estos casos puntuales.
Henry Fick, con su pinta de bonachón y honestidad brutal, pudo haber cometido una imprudencia, pero sus dichos no salieron de la casualidad absoluta.
“Trabajamos para la reelección de Colombi”, dijo, sincerando al límite cualquier otra intención de algunos otros que se esconden en pretensiones oscuras.
En declaraciones radiales, el senador provincial Henry Fick admitió que “se trabaja para la reelección de Ricardo Colombi. Y hablo por la gran mayoría”, insistió.
La definición del mocoretano originó, más tarde, la inmediata (¿también casual?) declaración de Colombi quien en un canal porteño aseguró: “voy a ser candidato a Intendente de mi pueblo, Mercedes”.
¿Todo se enmarca en una descomedida carrera de imprudencias?
¿Al bueno de Fick nadie le avisó que “esa” no era la estrategia?... porque además luego de decir eso en una radio, ratificó sus dichos en otra. O sea: nadie le ‘avisó’ que se calle.
“Hablo por la gran mayoría; y la mayoría trabaja en tal sentido, tal vez algunos estén más convencidos que otros, pero trabajamos para eso”, insistió el Senador.
Más ducho y hábil con los medios, Noel Breard sumó su postura. El otrora antiricardista dijo que “los que se niegan a la reforma son los que le tienen terror a la imagen positiva de Ricardo Colombi”.
Uno, a esta altura, se pregunta: ¿por qué no blanquean intenciones y cada uno en lo suyo?