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Opinión del Director

Para que se vayan

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Crédito: 17418
Daniel Caran

Por Daniel Caran

La precariedad absoluta de la salud pública en todos sus estamentos empieza a convertirse en un drama mayúsculo que trasciende la mera cuestión política.

 

Con hospitales en condiciones deplorables, con la obra social descontrolada y sin la prestación de servicios básicos, el sistema empieza a resquebrajarse desde la base misma de la pirámide: los médicos.

 

En Corrientes el destino tuvo y tiene un elemento de trascendencia en el esquema de salud: la Universidad pública, de reconocido nivel en materia de formación médica. En todo el país son destacados los médicos recibidos y formados en nuestra Facultad de Medicina. Y ese esquema, que bien podría ser fundamental para garantizar un sistema de excelencia, se convirtió en los últimos años en la muestra más común y fiel del desparpajo absoluto, de la irresponsabilidad institucional plena, al desmembrar cada equipo, al minimizar sus conocimientos, y al regalar lo que se forma y hace entre nosotros por la impericia oficial en materia de salud pública.

 

Los médicos que se reciben en la UNNe en Corrientes no dudan un instante en salir de las fronteras provinciales bajo la absoluta razón económica, con la obvia decisión de tener que tomar nuevos rumbos en un país de extraños y oscuros horizontes.

 

Por unos 8000 pesos (que es lo que cobra en promedio un médico en la Salud pública) es imposible que un profesional médico se quede en Corrientes.

 

Y los que se van: ¿se trasladan a las grandes urbes del país?... ¿se trasladan a provincias económicamente más poderosas?... ¿van a lugares que tienen instalaciones adecuadas?... no. Solo cruzan el puente, o viajan unos pocos kilómetros.

 

Es que en Chaco, o en Formosa, un médico gana 2 a 3 veces más que en Corrientes que con 25 años de antigüedad roza los 8.000 de básico.

 

O sea que somos exportadores de médicos.

 

Así es imposible que se pueda al menos pensar en un sistema eficiente y con respuestas concretas a las urgencias de la gente.

 

Es imposible establecer estrategias de prevención, o acciones directas. ¿Se puede pensar en un sistema de salud que funcione y de respuestas de manera permanente cuando los médicos están pensando si van a cobrar y cómo?.

 

Más de la pobreza estructural que siempre criticamos y deploramos.  

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