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Opinión del Director

Peligrosa actitud

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Crédito: 29734
Daniel Caran

Por Daniel Caran

En tiempos políticos de plena ebullición, adquieren absoluto protagonismo los sectores sociales que representan a los trabajadores, ya que a través de ellos se puede percibir con absoluta crudeza la realidad sin tinturas.

 

Por ello, más allá de las diferencias, los gobiernos buscan acercarse siempre con los sindicatos, convencidos en la necesidad imperiosa de mantener la paz social.

 

Pero, en Corrientes parece que la desesperación les hizo perder la brújula a los funcionarios.

 

Ante cada enojo (casi siempre plenamente justificado) de los trabajadores, las respuestas aparecen similares: destrato, enojo, ninguneo.

 

Médicos de hospitales, trabajadores del IOSCor, maestros, policías retirados… uno a uno van cayendo en la maraña incomprensible de una administración desesperada y en salida.

 

La situación en IOSCor parece insostenible. Y al decir de los empleados, las autoridades “están echando nafta al fuego”. Las medidas fueron creciendo y seguirán haciéndose más fuertes: la semana que viene el paro será de 48 horas. ¿El Gobierno?. Elige evitar el diálogo, y las autoridades de la obra social evitan cualquier contacto con el personal.

 

Los maestros empiezan a sumar bronca, apoyados por estructuras nacionales y en medio del conflicto sorprenden algunos enojos que provienen de ‘fuego amigo’. “Nos sentimos despreciados por la señora Ministra de Educación. Respetamos a todas las autoridades,  pero estamos en vísperas de un paro nacional, y ella no viene a un encuentro. Es inadmisible”, tiró Rufino Fernández, de AMET, muy cercano al Gobierno desde siempre, y por supuesto, delfín absoluto de Gustavo Canteros.

 

El desprecio por los médicos de salud pública lamentablemente ya ni siquiera sorprende. En la creencia de pensar que se trata de un movimiento político, las mismas autoridades del Ministerio dejan de lado el reclamo genuino de profesionales con años de servicios, muchos de ellos alejados absolutamente de los intereses políticos que pueden enrostrarles a ASPROSAC.

 

Así, todo parece una inmensa olla en ebullición.

 

Muchos deberán mirar el pasado: hay pruebas contundentes de cómo suelen darse las cosas con los trabajadores ninguneados.

 

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