Por Daniel Caran
La situación de Tato Romero Feris pareció despertar a muchos de un letargo inmenso en el tiempo, y los pormenores políticos originaron enojos bienvenidos si sirvieran para originar una reacción desde hace tiempo esperada respecto a los pasos oscuros del Poder Judicial en Corrientes.
La historia marca con fuego innumerables hechos relacionados con presiones, decisiones injustas, denuncias, maltratos. Todo en un cóctel peligroso en lo institucional y que casi siempre está dirigido a quienes están lejos del poder.
Lo real también es que estas cosas, casi cronológicamente, le puede tocar a cualquiera desde los dos extremos, porque son muchos quienes se beneficiaron con algunos de éstos grises fallos judiciales.
Por estos días –se dijo, bienvenido sea- el espanto los unió a todos por la ‘cuestión Tato’, pero muchos fueron los que pidieron por su detención no hace mucho tiempo, y otros aplaudían a mano alzada cuando eran otros los perjudicados.
Todo depende del lado que uno está.
Pero de ésta situación casi extrema debería quedar en limpio algo positivo: que todos dimensionen y no nieguen la directa y determinante relación del poder de turno con la Justicia correntina, siempre sospechada y muy pocas veces investigada como corresponde.
Puede que tal vez, pasado el tiempo, sea al mismísimo Ricardo Colombi quien deba sufrir los efectos judiciales ‘post poder’. Como le pasa a Tato, como le pasó a Arturo.
No hay que apelar a la extrema inteligencia entonces para saber dónde está la falla, y quienes son los frágiles protagonistas de una historia que se repite, con víctimas de uno y otro lado.
“Necesitamos una justicia más cercana a la gente, ya que a ellos les pertenece y no a un partido o a un sector”, dijo hoy Germán Garavano, Ministro de Justicia de la Nación, presente hoy en Corrientes. Minutos después recibió de manos de Nora Nazar un informe exhaustivo sobre la situación de su marido detenido. La misma Nora sabe y entiende cómo afecta ser víctima temporal de una Justicia siempre cercana al poder de turno.
Muchos hoy la sufren… ayer se aprovecharon. Que hayan aprendido la lección