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Opinión del Director

Reloj detén tu camino

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Crédito: 28683
Daniel Caran

Por Daniel Caran

Cuál dulce tema musical de Armando Manzanero, en la Rosada local algunos se desesperan por el transcurrir inapelable de las agujas del reloj.

 

Se termina el tiempo, y en virtud de los hechos, éstos parecen una tortura que crece día a día para el mercedeño de hosca personalidad que empieza a observar (y sentir) como muchos “se le animan”.

 

Y sus reiterados enojos se notan.

 

Él y sus laderos empiezan a querer definir las cosas de propios y extraños. Y hablan de disfraces, caballos de Troya y otros menesteres.

 

Como en toda discusión política debe conocerse el contexto: en tiempos de ‘tarifazos’, empiezan a darse cuenta que se terminó el gas. Y está caro para reponerlo… entonces empieza a llegar el café más frío que de costumbre.

 

“Camau es un caballo de Troya que va a llevar al PJ a una alianza con el PRO. Pruebas hay de sobra. El verdadero justicialista se da cuenta", dijo, convencido que –como en tiempos de poder pleno- pude determinar alianzas y hasta definir posturas ajenas.

 

Pero no solo él trata de manejar los tiempos.

 

Su ladero Flinta siguió sus obvias instrucciones y habló de que “no es tiempo para disfrazarse de candidatos”.

 

Y el Presidente del radicalismo tuvo su respuesta: “nosotros no somos dependientes de nadie. Los tiempos los manejamos nosotros, no el radicalismo ni la alianza. No coincido que una candidatura debilite al gobierno”, respondió Pepe Fernández Affur.

 

Todo está relacionado con todo: el estimado Pepe es un hombre de carnaval… y el carnaval es tiempo de disfraces… y llegan los días de ir pensando en armar los trajes.

 

El esquema de múltiples posicionamientos con un solo objetivo (llegar al poder) parece darnos la razón después de mucho tiempo de pregonar en el desierto. Es que hasta el cansancio hablábamos de los tiempos que se terminaban, de las apetencias personales inevitables que aparecían… y el reloj sigue marcando las horas.

 

Sentado en su mullido sillón, que no quiere dejar, Colombi mira y repite… “reloj, no marques las horas…”

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