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Opinión del Director

Removiendo viejas heridas

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Crédito: 15237
Daniel Caran

Por Daniel Caran

Los correntinos estamos empecinados en vivir siempre en conflicto. Nos gusta la pelea. Morbosamente hasta las impulsamos, como chicos pendencieros que apuran a dos amigos en pugna a la salida del colegio.

 

Todos sabemos que las peleas no nos dan algo beneficioso, pero insistimos en buscarlas, e incentivarlas.

 

Y así nos va.

 

En las próximas horas Tato Romero Feris puede volver a prisión, y esa situación al menos amerita el interrogante real y preciso de si en verdad se está cumpliendo plenamente con lo que determina la Justicia o es otro elemento más para azuzar las brazas de la confrontación.

 

Tanto como llama la atención la urgencia que tomó tal determinación en los últimos días, no es para nada extraño que una vez más entre a operar el famoso ‘partido judicial’ en Corrientes, buscando nuevas y/o conocidas víctimas a partir de cadenas impolutas que imponen dinero, presiones, poder y otros condimentos.

 

No está en éste espacio la intencionalidad de juzgar o no a Romero Feris, pero cualquiera con un dejo razonable de equidad entiende y piensa que es llamativo (al menos solo eso) el apuro por meter preso al líder del PaNu después de tantos años de ocurridos los hechos por los cuáles se le imputa.

 

¿Se cumple los estrictos pasos judiciales?

 

¿Tato es en verdad peligroso políticamente a los intereses de los grupos políticos en turno?

 

¿Todo es político, o las decisiones pasan por las intencionalidades no claras de jueces y funcionarios del Poder Judicial, más de una vez sospechados y nunca siquiera evaluados de acuerdo a sus condiciones?

 

¿Estos son en verdad los tiempos para juzgar a una persona y enviarla a la cárcel después de más de una década?

 

¿Tanto se tardó para encontrar la verdad, o recién ahora lo pueden probar?

 

No pasa, se insiste, por tomar una defensa por Romero Feris, quien habrá cometidos los errores suficientes como para perder el poder que otrora le había confiado el pueblo. Pasa sí por saber y entender que éstas decisiones remueven heridas que en su momento derramaron en sangre a la gente.

 

Entonces la preocupación definitiva tiene que ver con los odios instalados que hoy y siempre existen y que por intermedio de algunos se ponen a flor de piel para encarar otro conflicto que nadie sabe qué final tendrá.

 

Está claro que nos gusta la pelea. En esto de grieta, somos infalibles. Y así nos va.

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