Por Daniel Caran
Es su concepto ideológico del poder: si molesta, se corta de raíz.
Así avanzan, sin medir las consecuencias, y con el contexto de una sociedad que observa en llamativo silencio las atrocidades cometidas.
Necesitaron cortar árboles de una plaza para armar un escenario y no dudaron en hacerlo, con la pretendida excusa de un festival social con jóvenes temporalmente exitosos.
No les tiembla el pulso. Van por todo y lo demuestran.
La salvaje tala de árboles en plaza La Cruz es una muestra. Y en ese concepto casi impoluto de la defensa del medio ambiente también avanzan con otras decisiones.
Es que muchos dicen que ya es un hecho la instalación de una pastera en Ituzaingó. Las negociaciones están avanzadas, y en silencio pretenden instalar la iniciativa como ‘la única salvación’ a la grave situación económica, situación que nunca pudieron revertir en los más de 15 años que llevan en el poder.
Entonces, la salvajada de plaza La Cruz no es más que un testimonio real y concreto de talar la vida de cientos de miles de correntinos, que siguen esperando la provincia que tanto dijeron iban a hacer.
Sin embargo, la idea sigue siendo una quimera… mientras tanto, lo que no sirve se echa.
Tanta impunidad les permite hasta intentar ‘venderla cambiada’, justificando lo injustificable, como hizo el movedizo titular de Cultura, Gabriel Romero, que llamó por teléfono a medios amigos para intentar minimizar la noticia de la tala de árboles. Y hasta cambió responsables, aduciendo que “fue la Municipalidad” la que sacó los ejemplares.
Y de ser así, se esperaba que sea él el primero en salir a repudiar el ataque a la naturaleza, habida cuenta de su acercamiento ideológico al rabino Bergman, Ministro de Ambiente de Macri, un hombre muy ligado a la defensa ecológica.
¿Qué pensará Bergman de éste atropello al medio ambiente?
Además, es absolutamente inadmisible el nefasto silencio de la sociedad correntina en general, desde las asociaciones ecológicas hasta los vecinos de la plaza, quienes no expresaron una queja por la despiadada decisión de echar árboles para instalar un escenario.
Mientras, los restos de madera de lo que fueron hasta hace poco robustos árboles callejeros siguen inertes esperando un acto de justicia. Ahh, perdón… suena Rombai… deberán seguir esperando, como lo hacemos todos los correntinos con la provincia que nos prometieron iban a construir.
