Por Daniel Caran
Uno a uno suman ‘fichas negras’ que condicionan su futuro político. Hoy uno, mañana otro, y vendrá seguramente otro más adelante. Todos tienen el mismo mal, ante la realidad que les es esquiva: enseguida enceguecen con la locura del poder, y apelan a cualquier herramienta para lograr estar en él.
Así les va al peronismo correntino por los desvaríos incomprensibles de sus dirigentes que –empecinados en intenciones personales- dejan pasar una y otra vez el tren de la historia, llevando al partido del General a una posición casi inexpresiva en el siempre fluctuante mundo político local.
Irá diciendo la historia qué y cómo termina ubicándose Sergio Massa en el nuevo esquema. Y mientras el ex funcionario kirchnerista se reubica a nivel nacional algunos peronistas (¿?) correntinos se acercaron a él en búsqueda del apoyo perdido.
Hoy fue Camau, el último candidato del peronismo con chances de llegar al poder, quien coqueteó con el tigrense. Pero hace poco en Goya ratificó antiguos acercamientos con Scioli, y muchos son los que lo acercan al mismísimo Macri en el intríngulis de la política que se viene.
¿El exIntendente apela al pragmatismo puro para acceder a espacios complejos y seguir con márgenes de posibilidades?... ¿O su fluctuación política tiene que ver con una falta de pertenencia o definitivamente con una frágil ideología?.
Así y todo, el exmedallista olímpico está siempre bien ubicado en la apreciación de la gente, y hoy por hoy (es innegable) es el candidato opositor con más posibilidades de lograr llegar al sillón de Ferré.
Entonces se presenta la disyuntiva peronista de éstos tiempos: o defendemos valores e ideologías y otra vez perdemos… o avanzamos con el candidato que más mide y llegamos al poder que se nos niega desde el inmensamente lejano 1973.
Esa es, sin dudas, la enorme discusión interna que aparece en el medio del PJ local.
Otra vez, en ese contexto, queda expuesta la interna nunca definida que termina siendo como un resfrío mal curado.
