Maleantes ingresaron a robar en una escuela ubicada en el barrio Laguna Seca y en el ataque causaron destrozos y se llevaron elementos didácticos.
El robo ocurrió aparentemente ayer a la madrugada, cuando los ladrones rompieron una de las ventanas para ingresar, y una vez dentro destrozaron puertas de las dependencias donde había muebles que guardaban equipos de trabajo de los docentes, como también ventiladores.
También rompieron el mobiliario y generaron desórdenes en oficinas y aulas, según la denuncia de las autoridades escolares ante la Policía.
Los ladrones aprovecharon el receso por Semana Santa, la escasa presencia policial y la inexistencia de un guardia de seguridad en el lugar para poder cometer el hecho delictivo.
Además de romper los muebles y llevarse elementos de relativo valor, los maleantes rompieron libros y destruyeron elementos que se usan para el dictado de clases.
La situación fue denunciada ante la comisaría que tiene jurisdicción en la zona. En la denuncia hicieron constar que los ladrones ingresaron tres veces más, desde principio de año.
Antes, el 11 de marzo de 2019, los directivos ya habían denunciado que el local escolar se convirtió en blanco frecuente del accionar de delincuentes. Esa vez la escuela había sido atacada por segunda vez en 15 días.
En aquella oportunidad, la directora del establecimiento educativo, María Lasala, dijo que al llegar los docentes se encontraron con un ventilador menos, paredes, puertas y armarios dañados y la puerta de entrada manchada con pintura.
“Los delincuentes no nos dan tregua”, dijo y agregó: “Estas cosas hacen que uno se sienta cabizbajo, pero no nos van a quitar fuerzas, estamos tratando de fortalecernos desde adentro”. Y comentó que “el último que se va el sábado se va pensando con qué se va a encontrar el lunes”.
Aquella vez los maleantes robaron ventiladores, arrancaron de las paredes elementos pegados, sacaron los zócalos de las puertas, rompieron armarios y tiraron pintura. “Los vecinos no vieron nada, no escucharon nada”, dijo la docente.
La escuela había ingresado en un programa de seguridad diseñado por el Ministerio de Seguridad y la Policía, pero las acciones son escasas para frenar la oleada de robos y daños que afectan frecuentemente a esta institución.