En la celebración de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, y Jornada Nacional de la Vida Consagrada, el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, envió un mensaje.
En el día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María y la Jornada Nacional de la Vida Consagrada, el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap saludó a los hombres y mujeres que han ofrecido su vida a Dios, y agradeció su “presencia y el testimonio, que enriquecen con sus carismas y su servicio caritativo y apostólico nuestra Iglesia particular de Corrientes”.
En su mensaje, consideró que la Jornada Nacional de la Vida Consagrada "es una feliz ocasión para saludar la presencia y el testimonio de las consagradas y consagrados, que enriquecen con sus carismas y su servicio caritativo y apostólico nuestra Iglesia particular de Corrientes".
"Con monseñor José Adolfo Larregain OFM, junto con todo el clero, los agentes de pastoral y nuestro pueblo fiel y peregrino, nos alegramos y damos gracias a Dios por todos y cada uno de ustedes. Juntos renovamos el firme propósito de seguir caminando en espíritu sinodal hacia una comunión y participación cada vez más misionera", animó.
"La vida apasionada por Jesús, que ustedes están llamados a testimoniar, aumenta el caudal de vida bautismal en nuestra comunidad eclesial. Gracias por su presencia entre los más pequeños y últimos; gracias por su oración contemplativa y por su permanente disponibilidad para colaborar en las diversas tareas pastorales", valoró.
Además, los invitó a rezar este fin de semana por la paz y la fraternidad entre todos los argentinos y argentinas, "uniéndonos así a la plegaria a la que nos ha convocado la Comisión ejecutiva de la CEA".
"Que la Natividad de la Bienaventurada Virgen María alumbre en todos nosotros el deseo de caminar juntos, de escucharnos, de acogernos unos a otros, y de anunciar a todos que es posible un mundo donde todos nos miremos y tratemos como hermanos", anheló el arzobispo, con un fraternal abrazo en el Señor Jesús.