Ante los enfrentamientos y los hechos de violencia registrados en estos días en las provincias de Jujuy y de Chaco, la Iglesia dispuso que este fin de semana se realice una “súplica por la paz y la justicia” en todas las parroquias y capillas del país. La convocatoria implica la celebración de “una misa por la patria”, a lo largo y a lo ancho de la Argentina.
La Conferencia Episcopal, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, sigue de cerca y con fuerte preocupación los enfrentamientos y signos de violencia en ambas provincias y en otros centros urbanos, en medio de la profunda crisis política, económica y social. Por esa razón, la comisión ejecutiva del organismo se sumó al reciente llamado del obispo de Jujuy, monseñor Daniel Fernández, quien reclamó “no dinamitar puentes” e insistió en una convocatoria al diálogo.
“En estos días, los argentinos volvemos a enfrentarnos bajo el signo de la violencia. Frente a estos hechos que nos acongojan, como pastores y como argentinos, hacemos nuestras las palabras de nuestro hermano obispo de Jujuy: hay que construir puentes a recorrer para encontrarnos y no dinamitarlos”, dijeron los obispos de la comisión ejecutiva, al convocar a una jornada de oración y pacificación.
“Todo se puede lograr con el diálogo y todo se pierde cuando la palabra cede el paso a la violencia. Es fatigoso el camino del diálogo, pero hay que transitarlo y escucharnos pacientemente haciendo lugar a las distintas voces de los actores de nuestra vida social”, fueron las palabras del obispo Fernández, en Jujuy, que hasta ahora no lograron respuesta.
También preocupa a la Iglesia la máxima tensión registrada en la provincia de Chaco, por la desaparición de la joven Cecilia Sztryzowski, en la que una familia entera cercana al poder aparece implicada y permanece detenida por decisión de la Justicia.
“En Jujuy y en Chaco hemos contemplado realidades desgarradoras ante las que, como cristianos, no podemos permanecer indiferentes. Tristemente no son las únicas, pero en ellas se hace visible tanta violencia y tanta injusticia en las que el dolor cala hasta los huesos invitándonos a estar cerca de nuestros hermanos que sufren”, advirtieron los obispos.
Los escenarios de tensión y violencias se dan, además, en las puertas del proceso electoral, e medio de una crisis social que se profundiza al ritmo de la inflación y la creciente pobreza, entre otras realidades que no encuentran respuestas.
Cultura del encuentro
“Necesitamos todos pacificar nuestros corazones frente a tantos hechos que nos conmueven y duelen”, resumen los obispos en la convocatoria para este fin de semana.
Afirman los obispos que “la Iglesia, siguiendo los principios evangélicos, siempre estará a favor de la paz y la justicia, de la cultura del encuentro entre los ciudadanos y entre los pueblos”, al retomar una declaración de obispo prelado de Humahuaca, monseñor Félix Paredes Cruz. En los últimos días hubo, al menos, seis declaraciones de la Iglesia sobre el crecimiento de la violencia, por parte de obispos y de organismos del Episcopado y de las diócesis, como la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
Con ese espíritu, convocaron a “ofrecer este fin de semana en todas las celebraciones eucarísticas a lo largo y ancho de la patria, a una súplica por la paz y la justicia que brote de lo profundo de nuestro corazón creyente”. Voceros del Episcopado explicaron que ellose traducirá en la celebración de una misa por la patria en cada parroquia.
Además de Ojea, realizaron la convocatoria los otros integrantes de la comisión ejecutiva del Episcopado: los arzobispos de Mendoza, Marcelo Colombo (vicepresidente primero), y de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz Costa (vicepresidente segundo), y el obispo auciliar de La Plata, Alberto G. Bochatey (secretario general ).
