A partir de este mes, el kilo de pan volvería a tener un aumento en su precio. La medida de los panaderos se debe a los incrementos que padecen en los costos de la materia prima y servicios.
Respecto al tema, en diálogo con EL LIBERTADOR, el referente de la Asociación de Panaderos de Corrientes, Nelson Arriola comentó que «esto evidentemente no tiene un techo en materia de precios de todo lo que tiene que ver con nuestra industria, más que nada en la parte de materia prima, y en todos los servicios en general».
A lo que agregó: «Nosotros debemos seguir retocando porque lamentablemente nuestro personal se queda lejos de la realidad y somos nosotros los encargados de tratar de paliar todas esas faltantes».
Se prevé que, este mes el aumento rondaría en el 10 por ciento. Cabe recordar que, a fines de mayo, el valor por el kilo superó los dos mil pesos en las pequeñas y medianas panaderías.
SIN AVIZORAR
Por otra parte, Arriola sostuvo que varios proveedores ya notificaron al sector sobre los venideros incrementos que tendrán en los próximos días.
«La semana pasada ya tuve aumentos, y tuve un proveedor que me entró con camiones de harinas y me avisaron que lo que viene, de acá a adelante, va a ser un 10 y 17 por ciento de aumento, llámese en margarina, grasa, derivados, harinas, aditivos, en todo lo que usamos», detalló.
En consiguiente, continuó con que «aumenté hace 15 días, y aún así quedamos lejos. Tenemos que estar en contacto con nuestros proveedores para estar parados en la realidad sobre los precios porque si nos desconectamos una semana perdemos un 10 por ciento del valor de reposición».
LA CONTRACARA
Asimismo, el referente indicó que llevan a cabo aumentos paliativos para no alterar el consumo y la venta de los panificados.
«Hace un mes y medio estábamos sin tocar precios, pero esto último, de abril a ahora, lo habíamos hechos en dos ocasiones, entre un 10 y 15 por ciento para no ser tan ‘guaso’. Vamos a asegurarnos porque si levantamos hay otra realidad, levantamos mucho el precio final y baja el consumo», ejemplificó.
Para concluir dijo que «el que paga los platos rotos es el último eslabón de la cadena, el cliente que viene al mostrador, el consumidor».
