Los tres nuevos obispos auxiliares de Buenos Aires, monseñor Sergio Iván Dornelles Simón, monseñor Pedro Cannavó y monseñor Alejandro Pardo, recibieron este el pasado sábado 3 su ordenación episcopal durante la celebración que presidió el arzobispo metropolitano, monseñor Jorge García Cuerva, en la catedral arquidiocesana.
Fueron coconsagrantes, el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García; los obispos auxiliares de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara y monseñor Alejandro Giorgi; junto con el obispo auxiliar de Río Gallegos, monseñor Fabián González Balsa.
La particularidad para la feligresía correntina es que en esta ocasión recibió la ordenación episcopal un hijo de esta tierra: monseñor Dornelles, lo cual representa una importante gravitante para miles de fieles del Taragüí (Ver nota anexa).
También concelebraron la Eucaristía, el arzobispo emérito de Buenos Aires, cardenal Mario Poli; el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk; el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea; el secretario general del Episcopado y administrador apostólico de La Plata, monseñor Alberto Bochatey OSA; el provicario general de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza; el administrador apostólico de Mar del Plata, monseñor Ernesto Giobando SJ, entre muchos otros obispos presentes de las diócesis que componen el territorio argentino, junto con los sacerdotes del clero diocesano. Participaron fieles de varias comunidades, religiosos, religiosas, miembros de movimientos y representantes de instituciones educativas, entre otros.
A la luz de las lecturas bíblicas y dirigiéndose a los ordenados, monseñor García Cuerva recordó que «hoy Jesús les habla al corazón y les dice: ‘Alejandro, hijo de Maxi y Carmen; Iván, hijo de Vilma y Jorge; Pedro, hijo de María Cristina y Antonino Pedro, ¿me aman?'».
«Porque hoy llegan con toda su vida, con toda su historia, con sus raíces, con su familia, con sus amigos, con sus comunidades. Y en este momento, Jesús quiere que todos ellos estén presentes. Quizás el Señor perciba que su pregunta ‘¿me amas?’, es demasiado grande y comprometida, y que necesitan del apoyo de muchos para responder con fuerza: ‘Sí, Señor, tu sabes que te quiero'», continuó.
El Arzobispo pidió a los nuevos prelados que sean obispos «con raíces, cercanos a la gente, pastores en medio del pueblo, afectivos, amigueros. No dejen nunca de ser hijos, amigos, vecinos. En definitiva, no se ‘la crean'».
«Ustedes son hijos de este pueblo que hoy con alegría los acompaña y los apoya en su ‘sí’. Porque como obispos necesitamos de la familia y de quienes acompañan el camino de la vida; seguramente ellos han sido sus mejores maestros, sus consejeros, quienes se habrán alegrado con sus logros, quienes los habrán acompañado en sus fracasos, y quienes se habrán animado a decirles las cosas de frente para corregirlos fraternalmente», manifestó.
Luego, señaló: «Qué triste cuando un obispo olvida sus raíces o se aleja de los afectos para rodearse de una corte de aplaudidores. Me animaría a decir que se deshumaniza, que deja de ser pastor, para ser príncipe que mira desde arriba y a la distancia».
García Cuerva instó a Dornelles, Cannavó y Pardo a que «sean siempre hombres de pueblo, que consagrados por la unción se entregan de lleno a ese mismo pueblo, que como dice la conocida canción: ‘Los crió de potrillo'», concluyó.
Un alvearense volcado de lleno a Cristo
El padre Dornelles nació en la ciudad correntina de Alvear el 26 de abril de 1974. Hijo de Jorge Dornelles y Vilma Simón, siendo el tercer hijo del matrimonio. Sus hermanos son Adrián, Silvio y María Laura Dornelles.
Cursó estudios en la Escuela Comercial Doctor Mamerto Acuña, de su pueblo natal. Se graduó de profesor de piano.
Luego de haber terminado sus estudios secundarios, migró a Buenos Aires para realizar sus estudios en Derecho en la Universidad de Buenos Aires, en 1998.
Trabajó en el Juzgado Civil, una Fiscalía Civil Comercial y en la Auditoría General de la Nación.
Se incorporó a la Acción Católica del Santuario de la Medalla Milagrosa, donde siguió profundizando y discerniendo su vocación.
En marzo del 2000, ingresó al Seminario Metropolitano de Buenos Aires.
Realizó sus estudios eclesiásticos en la Universidad Católica de Buenos Aires, donde terminó el profesorado en Teología.
Fue ordenado Diácono, y sirvió en la parroquia San Saturnino y San Judas. Su ordenación sacerdotal fue el 17 de noviembre de 2007, a manos del cardenal arzobispo Jorge Mario Bergoglio de la Arquidiócesis de Buenos Aires, siendo nombrado Vicario en dicha parroquia.
Como sacerdote desempeñó los siguientes ministerios: Vicario parroquial en San Saturnino y San Judas, Asesor arquidiocesano del Área de Aspirantes de la Acción Católica de Buenos Aires, luego Asesor Nacional de la Acción Católica, Director Ejecutivo de la Vicaría para los niños, Vicario y Párroco de Nuestra Señora de la Misericordia. A su vez, fue Decano del Decanato Lugano y Miembro del Consejo Presbiteral y Colegio de Consultores y, por último, Director del Consejo Pastoral arquidiocesano y colaborador en la Vicaría de Educación y miembro del Consejo implementador del primer Sínodo Arquidiocesano.
Escribió varios libros de Catequesis para acompañar la Pastoral Diocesana de Niños.
El 19 de junio de 2024, el Papa Francisco lo nombró Obispo Auxiliar de Buenos Aires, siendo titular de la Diócesis de Eguga.
El 3 de agosto de 2024 recibió la Ordenación Episcopal en la Catedral de Buenos Aires.