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Hallan el mecanismo reproductivo de un árbol nativo con potencial gastronómico

Las doctoras Marina Judkevich; Paula Alayón Luaces y Ana María González investigadoras del Instituto de Botánica del Nordeste y de la UNNE, lograron explicar la compleja biología del Aguaí. Los nuevos conocimientos abren nuevas posibilidades para su cultivo. Los resultados de la investigación fueron publicados en dos revistas científicas extranjeras.

El Campo Experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE fue el punto de inicio de una investigación cuyos resultados fueron publicados en dos revistas científicas extranjeras de gran impacto: “Protoplasma” y “Journal of Plant Research”.

Las doctoras Marina Judkevich; Paula Alayón Luaces y Ana María González, investigadoras del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) y de la UNNE indagaron sobre la anatomía reproductiva del “Aguaí” un árbol nativo de la región, que crece en el norte de Argentina y países vecinos. Se trata de una especie poco conocida pero con un gran potencial gastronómico.

La investigación surgió a partir de una situación curiosa que se daba en un lote de 50 árboles del Campo Experimental. Todos florecían año tras año, pero solo algunos producían frutos. Esta particularidad motivó a las investigadoras y las llevó a profundizar en la biología reproductiva de esta especie, conocida científicamente como Chloroluma gonocarpa.

El Aguaí no es un árbol cualquiera. Originario de la región, se ha utilizado habitualmente para producir un dulce regional en Corrientes, que poco a poco gana terreno en la gastronomía gourmet. Sin embargo, su reproducción presentaba aspectos que necesitan ser comprendidos.

El trabajo de las científicas se desarrolló en dos etapas fundamentales. En primer lugar, llevaron adelante un extenso trabajo de campo donde se observó el comportamiento de los árboles, registrando los momentos y períodos de floración y en el que surgían los frutos. Posteriormente, el trabajo se trasladó al laboratorio de anatomía vegetal del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE).

Utilizando microscopios ópticos y electrónicos de barrido de última generación, se enfocaron en comprender –a partir del estudio de las flores del Aguaí- por qué solo algunos árboles producían frutos.

Arboles con sexos diferentes. Uno de los hallazgos más determinantes de las investigadoras es que el “Aguaí” resultó ser una especie dioica, lo que significa que existen árboles masculinos y árboles femeninos. Los árboles masculinos producen flores que generan polen, mientras que los femeninos tienen flores que producen óvulos y son en los que se forman los frutos.

Pero al parecer la reproducción no es tan sencilla. Para que se produzcan frutos, las flores femeninas necesitan ser polinizadas por el polen de las flores masculinas.

Más allá de esta clasificación realizada, las investigadoras realizaron un estudio microscópico detallado, describiendo cada componente de las flores: desde las anteras y el estilo, hasta el estigma, el ovario, los nectarios, pétalos, sépalos y hasta los laticíferos.

Un detalle del trabajo –registrado en los papers publicados en las Revistas Extranjeras- es que la especie presenta “dioecia críptica”. Es decir, aunque las flores de ambos tipos de árboles parecen similares externamente, funcionan de manera diferente. Las flores masculinas tienen anteras que producen polen, mientras que las femeninas desarrollan completamente los óvulos.

Los resultados de esta investigación tienen múltiples aplicaciones. Por un lado, ofrecen herramientas para desarrollar estrategias de cultivo que optimizan la producción del Aguaí. Pero además, servirán para valorizar y dar visibilidad a una especie nativa poco conocida.

Para la gastronomía regional, representa la posibilidad de desarrollar y mejorar el cultivo de una especie con potencial para convertirse en un producto distintivo de Corrientes.

Chloroluma gonocarpa tiene una amplia distribución que abarca Brasil, Paraguay, Uruguay, norte de Argentina y sur de Bolivia. Los frutos son comestibles y se comercializan en Sudamérica en forma de conserva de frutas, la cual tiene un alto valor agregado. Debido a su creciente importancia económica, el estudio cumplió con el objetivo de explicar la sexualidad de sus flores.

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