Entre enero y octubre de 2022 se reportaron un 25% más casos de violencia en comparación con el mismo periodos del año anterior. Según el estudio que encargó la Ciudad, las personas mayores configuran uno de los sectores más vulnerables al abuso de poder intrafamiliar y doméstico.
Según las formas en que se manifiesta la violencia en los distintos ámbitos, las personas mayores configuran uno de los sectores más vulnerables al abuso de poder intrafamiliar y doméstico.
El 83% manifestó haberla sufrido en su hogar y según muchas de las solicitudes de intervención recibidas, otras fueron maltrato institucional y modos de violencia social.
Aunque poco se habla del tema, por su crecimiento, en 2015 se sancionó la Ley 5.420/CABA, de “Prevención y Protección Integral Contra el Abuso y Maltrato a los Adultos Mayores”. Esta ley pionera le da relevancia a las particularidades relacionadas con las personas mayores en situación de violencia y/o extrema vulnerabilidad y tipifica los diferentes tipos de daños a los que pueden exponerse, luego de que por mucho tiempo fuera un “delito oculto”. Por eso, reconocerlo y que haya una ley específica constituyeron un gran avance en la normativa para la protección de los adultos mayores.
En ese sentido, desde 2014 en la Ciudad funciona el Dispositivo de Alojamiento Protegido (DAP), también denominado “refugio”, que ofrece un lugar seguro para vivir a las personas mayores en situación de violencia y alto riesgo para su integridad psicofísica. Es el primero en su tipo a nivel mundial y recibe tanto a mujeres como a hombres.
Dos años más tarde, en 2016, el Programa Proteger construyó un vínculo formal con la Oficina de Violencia Doméstica del Poder Judicial de la Nación que incluye un procedimiento de actuación que supone abordar el abuso y el maltrato hacia las personas mayores como política pública y poner en escena la cuestión: visibilizar la problemática, sacarla del ámbito privado del hogar, trasladarla a la sociedad y al fuero judicial y, así, exponer las terribles consecuencias que conlleva, tanto en relación al ejercicio de sus derechos como para su salud en el más amplio de los sentidos.
Los datos del estudio
El informe Proteger brindó un relevamiento sobre la violencia padecida por adultos mayores que incluyen las solicitudes de intervención pedidas, las características de la violencia padecidas, una breve caracterización de las personas mayores que atravesaron situaciones de violencia en la ciudad y las capacitaciones que fueron brindadas en los barrios porteños entre enero y octubre de 2022.
En ese lapso, se recibieron a través de distintos canales 1.230 nuevas solicitudes de intervención que dieron como resultado un incremento aproximado del 25% en comparación al mismo periodo del 2021. Estas solicitudes llegaron, en su mayoría, de organismos oficiales alcanzando el 65% de las demandas. El 35% restante fueron realizadas en forma directa o espontánea por las personas mayores afectadas o por terceros.
Durante septiembre se registraron mayores pedidos de intervención (13%) mientras que enero fue el mes de menor cantidad (8%).
El mismo informe revela que el 53% de las personas que sufrieron algún tipo de violencia tenía 75 años o más, siendo el promedio de edad de 72 años. “Considerando los altos índices de longevidad actuales y a los que se proyecta alcanzar es relevante visibilizar este grupo etario como población de riesgo creciente”, remarca el estudio que además indica que el 75% de las afectadas son de género femenino y el 25% del género masculino (no se registraron otros géneros).
Respecto a la franja etaria más afectada, dentro de la población femenina, fue la de 70 a 74 años con un 18% y entre la masculina, la de 80 a 84 años con un 21 por ciento. Las mujeres afectadas superan en número a los varones en todos los grupos de edades. Sin embargo, comparado con las proyecciones poblacionales en CABA, la diferencia por género fue mayor entre los 60 a 79 años (en las proyecciones poblacionales es 1,42 mujeres cada 1 hombre y en el programa es 3.16 mujeres cada 1 hombre) siendo que en las personas mayores de 80 años la diferencia por género comienza a ser proporcional a la distancia en las proyecciones poblacionales.
Respecto del lugar donde viven (procedencia territorial), la Comuna 1, que incluye los barrios de Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución, fue del 10%; en la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya) el mismo porcentaje; en la Comuna 7, en los barrios de Flores y Parque Chacabuco, el 9% y en la Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal) el 8 por ciento de las agresiones.
En ese sentido, en 33,5% de las personas mayores afectadas provenían de los barrios de Flores (6,8%), Palermo (5,9%), Caballito (5,6%), Almagro (5,5%), Balvanera (5,2%) y Recoleta (4,5%).
Las características de la violencia
En una misma situación pueden ocurrir distintos tipos de violencia enforma simultánea. Durante el mencionado periodo, el 70% de los adultos mayores dijo haber sufrido maltrato psicológico; el 25% algún tipo de abandono; el 20% maltrato ambiental; el 16%, maltrato económico y/o patrimonial6 y otro 16% maltrato físico, siendo estos los de mayor prevalencia.
Entre los afectados de 60 a 74 años, los maltratos de tipo físico y ambiental superaron el 60% y el maltrato sexual en este grupo también predominó. No obstante, las situaciones de abandono y el maltrato estructural/institucional se presentaron más entre las personas de 75 años o más, con un 66% y 56% respectivamente.
Esto está relacionado con el nivel de riesgo al que están sometidos: los niveles de riesgo evaluados fueron un 77% de tipo medio; un 13% riesgo bajo y un 10% riesgo alto.
De las situaciones evaluadas con riesgo alto, el 15% necesitó la derivación al DAP, donde se incrementaron los ingresos en relación al 2021. En relación al tiempo que las personas mayores padecen de las situaciones de violencia, se registró que el 45% recibe maltrato desde los últimos dos años y el 15% lo recibe hace más de 15 años.
En ese periodo, se registró que las personas que ejercen abuso o maltrato hacia las personas mayores son del género masculino (65%) y que el 80% tienen un vínculo familiar con ella. Otros tipos de vínculos, fue del 20% (cuidadores, allegados que no posean grado de parentesco alguno, vecinos), o por instituciones, tanto del ámbito público como privado.
Dentro de los que ejercen abuso o maltrato en el entorno familiar, un 53% son hijos/as, el 18% son parejas y el 9% otros familiares hasta 3° de parentesco. Se registró que más de la mitad, un 57%, la persona que ejerce la violencia convive con la persona mayor y el 43% son no convivientes.