Un documental titulado «Vida salvaje» (‘Wild Life’), producido por National Geographic, recoge la historia de esta pareja de empresarios reconvertidos en conservacionistas para proteger la naturaleza en Chile y Argentina con un modelo propio.
Douglas Tompkins y su esposa Kristine McDivit tenían una sólida carrera como empresarios y ejecutivos de exitosas empresas en Estados Unidos. También compartían el amor por la vida al aire libre, el deporte y la aventura. A principios de la década de 1990 emprendieron la mayor aventura de todas: dejaron atrás oficinas y negocios y se instalaron en la lluviosa y verde Patagonia chilena.
Aquí encontraron un paisaje idílico para excursiones, escalada y contemplación de la naturaleza, y se propusieron preservar su belleza y biodiversidad para el resto del mundo. Su sistema para combatir la crisis climatica y de extinción de especies fue comprar y restaurar tierras, y donarlas al estado para convertirlas en parques nacionales.
Todo comenzó en medio de bosques de alerces milenarios, volcanes y lagunas del Pumalín. En estos paisajes, que estaban dedicados a la ganadería y a la tala para madera, Tompkins compró las primeras propiedades. Hoy es el Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins. De las 402 mil hectáreas, casi tres cuartas partes fueron cedidas por la pareja.
La fundación Tompkins Conservation ha ayudado a crear la Ruta de los Parques de la Patagonia, siete reservas en Chile y a expandir otras tres. Son parte de la Ruta de los Parques de la Patagonia, que conecta 17 áreas protegidas a lo largo de 2.800 kilometros hasta el Cabo de Hornos. Es también un gran atractivo turístico y oportunidad de desarrollo para las comunidades locales.
A partir de 1997, los Tompkins expandieron sus proyectos a Argentina. Al principio compraron tierras en el norte del país, en la zona de los Esteros de Iberá, en Corrientes. Más tarde, en la Patagonia. En estos años han creado y ayudado a expandir nueve áreas protegidas, tanto terrestres como marinas.
REVERTIR LA CRISIS DE LA EXTINCIÓN
Entre los proyectos de las fundaciones Rewilding Chile y Rewilding Argentina, continuadoras de la labor iniciada por los Tompkins, está la reproducción y reintroducción de especies amenazadas. Un caso emblemático es el jaguar o yaguareté, cuya población en Argentina no supera los 200 individuos y estuvo extinto por décadas en la provincia de Corrientes. Hoy celebran el nacimiento de cachorros.
Junto con preservar los hábitat, investigadores y expertos en fauna silvestre de ambas fundaciones monitorean también a osos hormigueros, pumas, cóndores y ñandúes, entre otras especies, como el huemul (en la imagen). En Chile, acaban de lanzar el proyecto Corredor Nacional del Huemul, una iniciativa público-privada para proteger al ciervo más austral del mundo.
Áreas protegidas como la Ruta de los Parques de la Patagonia son un pulmón verde y uno de últimos lugares salvajes del planeta. «Es uno de los sumideros de carbono más grande de Sudamérica, ya que almacena casi tres veces más carbono por hectárea que la Amazonía», indica el informe 2021 de Rewilding Chile.
La muerte de Douglas Tompkins en 2015, tras sufrir un accidente en kayak, fue un duro golpe. Kristine Tompkins y las fundaciones han continuado la tarea. En marzo pasado, Rewilding Chile oficializó la donación de una propiedad de 93 mil hectáreas para la creación de un futuro parque a orillas del Estrecho de Magallanes en el sector de Cabo Froward.
Si bien en un principio generaron desconfianza, los Tompkins hoy son vistos como visionarios. Sus proyectos suman socios en el sector público y privado, además de nuevos donantes. Este mes se estrena el documental «Wild life», de National Geographic, que relata la travesía de esta pareja de estadounidenses que llegó a cambiar la Patagonia.
LO QUE HAY QUE SABER