¿Quieres cuidar la boca de tu hijo, pero la cantidad de piezas dentarias te desorienta? ¿No sabes si los dientes de leche se diferencian de los permanentes? Sigue leyendo para entender la dentadura de tu hijo.
Los dientes de leche y los permanentes no solo se diferencian en su tamaño. De hecho, cada una de las dentinciones tiene características propias que ayudan a que estas piezas cumplan el rol que les corresponde.
Conocer las características de los dientes de tu hijo y los cambios que suceden en su boca te ayudará a cuidar mejor su salud bucal. Veamos en detalle las principales diferencias entre las piezas deciduas y las permanentes.
Características de los dientes temporales y definitivos
Se llaman dientes de leche, temporales o deciduos a los primeros elementos dentarios que aparecen en la boca del bebé. Estas piezas, luego de cierto tiempo, se caen para ser reemplazadas por los dientes definitivos o permanentes.
Durante la infancia, los niños experimentan la erupción de sus dientes de leche y, luego, de los permanentes. Estas piezas, que aparecen en momentos diferentes, tienen características anatómicas propias, varían en cantidad y cumplen funciones específicas.
De todos modos, a pesar de sus diferencias, son estructuras fundamentales para el correcto desarrollo oral de los pequeños. La masticación, el habla y la estética facial dependen de los dientes. Veamos en detalle las diferencias entre ambas denticiones para que sepas cómo acompañar los cambios que se producen en la boca de tu hijo.
1. Tamaño
Los dientes de leche son más pequeños que las piezas definitivas. Esto sucede porque los bebés poseen mandíbulas pequeñas y los dientes se adecúan a las dimensiones del hueso que los aloja.
Los elementos definitivos son más grandes, ya que van apareciendo en la boca a medida que los maxilares van creciendo. De esta manera, el tamaño de las piezas definitivas es el adecuado para la edad adulta.
2. Apariencia
La coloración es otro de los aspectos que diferencian a las piezas temporales de las permanentes. Los dientes de leche son mucho más blancos que los definitivos. De hecho, deben este nombre popular a la similitud de su color con la leche. En cambio, los dientes permanentes son más amarillentos.
La corona de las piezas permanentes está bien definida, con bordes nítidos que facilitan la masticación. En cambio, las piezas de leche presentan paredes más redondeadas y suaves.
La raíz de los dientes temporales es fina y corta. En cambio, las de los definitivos es más prominente, robusta y profunda. Esto ayuda a mantener a las piezas firmes en su sitio.
3. Estructura
Tanto los dientes de leche como los permanentes están conformados por los mismos tejidos dentales. Se estructuran así desde afuera hacia adentro:
- el esmalte en la corona,
- el cemento en la raíz,
- la dentina,
- la pulpa.
Según un estudio de publicado en la revista Journal of Clinical and Experimental Dentistry, la composición del esmalte de los dientes de leche posee una menor proporción mineral en comparación a las piezas permanentes. La capa protectora de los elementos definitivos tiene un 97 % de su peso de contenido mineral.
El mismo estudio explica que el tejido más externo de los dientes de leche posee una estructura cristalina desordenada y mayor porosidad. Esto hace que estas piezas deciduas sean más susceptibles a la erosión y a las caries.
4. Funciones específicas
Los dientes de leche y los permanentes cumplen un rol fundamental en la masticación, la alimentación, el habla y la estética facial. De todos modos, cada una de las denticiones tienen funciones específicas que se adaptan a las necesidades particulares del niño en determinadas etapas de su vida.
Por ejemplo, los dientes de leche tienen una función relevante en el desarrollo de los huesos maxilares. La presencia y el uso adecuado de estos elementos dentarios durante la infancia estimula el correcto crecimiento de los huesos.
Asimismo, estas piezas tienen un rol clave durante la erupción de las piezas definitivas. Los elementos de leche guían la salida de los dientes permanentes hacia el sitio que les corresponde.
La presencia de estas piezas en el bebé ayudan a los pequeños a aprender a masticar. A pesar de que al principio no cumplan un rol activo en la trituración de la comida, son piezas fundamentales para que el infante experimente los movimientos, las presiones y la dinámica de la masticación.
Del mismo modo, la presencia de los dientes de leche son de gran importancia cuando el niño aprende a hablar. Contar con estas piezas bien posicionadas ayuda a los pequeños a pronunciar los fonemas de manera correcta.
Por su parte, los dientes permanentes son las piezas dentarias que permanecerán en la boca durante toda la vida. La permanencia de estos elementos en buenas condiciones de salud permite el normal desempeño de las funciones orales.
5. Cantidad de dientes
La totalidad de las piezas de leche y las piezas definitivas son diferentes. Como explica una publicación de StatPearls, «los humanos tienen dos generaciones de dientes a lo largo de su vida: 20 dientes primarios y 32 dientes permanentes».
Debido a que la boca del bebé es pequeña, los elementos temporales son menos que los definitivos. En total, los niños tienen 20 dientes de leche: 10 en la arcada superior y 10 en la inferior.
A medida que el niño crece, también lo hacen sus maxilares. De esta manera, las piezas definitivas, que son más, disponen de espacio para salir. Los dientes permanentes suman un total de 32 elementos: 16 superiores y 16 inferiores. Estos incluyen los siguientes:
- 8 incisivos
- 4 caninos
- 8 premolares
- 12 molares
6. Secuencia de erupción y duración en la boca
Los dientes de leche comienzan a salir en la boca del bebé alrededor de los 6 meses de vida. De todos modos, esta es una edad estimada, ya que varía entre los niños según su ritmo de crecimiento.
Alrededor de los 3 años los niños completan la salida de los 20 dientes de leche. Estas piezas dentarias permanecen en la boca durante algunos años y luego son reemplazadas por las piezas definitivas durante el proceso del recambio dental. Según la Asociación Dental Americana (ADA), la secuencia típica de erupción y caída de los dientes de leche es la siguiente:
- Incisivos centrales inferiores: salen entre los 6 y los 10 meses y se caen a los 6 o 7 años.
- Incisivos centrales superiores: erupcionan entre los 8 y los 12 meses y se salen a los 6 o 7 años.
- Incisivos laterales superiores e inferiores: brotan entre los 9 y los 16 meses y se caen entre los 7 y 8 años.
- Primeros molares superiores e inferiores: salen entre los 13 y los 19 meses y se caen entre los 9 y los 11 años.
- Caninos superiores e inferiores: erupcionan entre los 16 y los 23 meses y se caen entre los 9 y los 12 años.
- Segundos molares inferiores y superiores: salen entre los 23 y 33 meses y se caen entre los 10 y los 12 años.
Secuencia de erupción de los dientes definitivos
Alrededor de los 6 años comienzan a aparecer las primeras piezas definitivas en la boca. El primer elemento que erupciona suele ser el primer molar permanente.
El período de erupción de las piezas definitivas es más largo en comparación a los de leche. Se extiende desde los 6 años hasta los 17-21 con la salida de las muelas de juicio.
Otra diferencia es que estas piezas llegan para quedarse, pues no se vuelven a salir por condiciones fisiológicas. Con los cuidados adecuados, los elementos definitivos han de durar toda la vida. La secuencia típica de erupción de los dientes permanentes es la siguiente:
- Primeros molares inferiores y superiores: entre los 6-7 años.
- Incisivos centrales inferiores: 6-7 años.
- Incisivos centrales superiores: 7-8 años.
- Incisivos laterales inferiores y superiores: 7-9 años.
- Primeros premolares superiores e inferiores: reemplazan a los primeros molares temporales entre los 9 y los 12 años.
- Caninos superiores e inferiores: 9-12 años.
- Segundos premolares inferiores y superiores: reemplazan a los segundos molares temporales entre los 10 y los 12 años.
- Segundos molares definitivos inferiores y superiores: 11-13 años.
- Terceros molares superiores e inferiores: 17-21 años.
Cuidar de ambas dentaduras es clave para el bienestar
Aunque hay varias características que diferencian a los dientes de leche de los permanentes, a la hora de cuidarlos no existen discrepancias. Ambas dentaduras necesitan ser atendidas de manera adecuada para que puedan cumplir sus funciones con normalidad.
El cepillado dental desde edades tempranas, el uso de pastas con flúor e hilo dental son fundamentales para mantener las piezas limpias y prevenir enfermedades. Una dieta saludable y reducida en azúcares, junto con las visitas al odontopediatra cada 6 meses, completan los cuidados.
Conocer en qué se diferencian los dientes de leche de los permanentes te ayuda a entender mejor el proceso de crecimiento dental de tu hijo. Así podrás acompañarlo con conocimiento y tomando las medidas necesarias para promover una sonrisa saludable a lo largo de toda su vida.