Por Mariano Osuna
Con la administración actual y el impulso de Trump al mercado, tener exposición en Estados Unidos mediante compañías tradicionales resulta atractivo. Guía para saber dónde invertir.
Con la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, el país experimenta un proceso de reorganización en el que cada nombramiento en su gabinete genera reacciones en el mercado. Los inversores interpretan el perfil de cada funcionario y sus políticas potenciales, ajustando sus estrategias según la dirección que toma la administración.
En este rearmado es posible que el gobierno priorice la infraestructura, una política que demostró ser un motor económico en EE. UU., impulsando la generación de empleo y el fortalecimiento de sectores clave, así como el proteccionismo, con el objetivo de mejorar el desempeño de la economía interna. Esto podría llevar a una apreciación del dólar en el mediano plazo.
Por eso, sectores como el de la construcción, con empresas como Caterpillar o General Electric, podrían beneficiarse en este segmento. Además, la continuidad de inversiones en infraestructura favorecería a compañías de defensa como Lockheed Martin Corp. También, organizaciones como Pfizer, actualmente con precios similares a los de 2020, podrían verse beneficiadas por este movimiento, aunque no estén directamente ligadas al sector.
Por otro lado, se espera que Trump estimule la expansión de energías tradicionales como el petróleo y el gas, y revierta parcialmente las políticas en energías renovables de la administración anterior.
El atractivo de las empresas tradicionales
Con la administración actual y el impulso de Trump al mercado, tener exposición en Estados Unidos mediante compañías tradicionales resulta atractivo. Empresas como Coca-Cola, Pfizer, Tesla y otras del sector financiero, que son clave en el mercado estadounidense, podrían ser oportunidad en este contexto. Otros casos son Exxon y Chevron.
Para los inversores en Argentina que estén interesados en empresas estadounidenses, los Certificados de Depósito de Acciones (CEDEARS) representan una alternativa viable. Los CEDEARS permiten replicar el comportamiento de acciones extranjeras en el mercado local, y brindan la posibilidad de invertir en empresas como las antes mencionadas,desde Argentina y en pesos.
Esta opción ayuda a sortear restricciones cambiarias y protege al inversor argentino frente a la inflación. A fin de año, y con el estancamiento del tipo de cambio, estos instrumentos pueden aportar estabilidad y cobertura en un mercado que tradicionalmente experimenta más actividad en diciembre.
Para los inversores en general, más allá de la Argentina, ajustar sus carteras en activos en dólares se torna esencial ante posibles cambios en las tasas de interés. En renta fija, ir moviendo las duraciones puede brindar estabilidad frente a movimientos en las tasas. En renta variable, los fondos que replican índices de empresas de menor capitalización, como el Russell 2000, son opciones interesantes en un contexto de recortes de tasa y cambios de ciclo, ya que estas compañías se benefician de costos de financiamiento más bajos.
Las empresas de pequeña capitalización (Small Caps) también podrían ganar impulso con una política de tasas más bajas o la implementación de estímulos fiscales, como recortes impositivos y reformas regulatorias. Fondos como TRO (T. Rowe Price), especializados en estas compañías, permiten diversificar sin perder exposición al mercado de Small Caps, que, si bien podría experimentar una mayor volatilidad, también ofrece mayores oportunidades de crecimiento.
Su tensa relación con china y el ojo puesto en los semiconductores
En el sector tecnológico, la administración de Trump buscará impulsar la producción local de componentes esenciales como semiconductores, una industria actualmente con mucha demanda en el mercado. Se esperan políticas arancelarias con China que intenten reducir la dependencia de productos tecnológicos importados y, en su lugar, fomentar alternativas locales.
Es posible que empresas como Intel, que producen componentes de alto valor como semiconductores, se vean favorecidas con medidas que favorecen la manufactura interna frente a la importación.
Sin embargo, estas tensiones generan riesgos de inflación, dado que los aranceles incrementan los costos de los productos importados. Para contrarrestar la dependencia en proveedores chinos, las empresas de tecnología como Apple podrían verse incentivadas a reubicar su cadena de suministro en países como México o Vietnam, o incluso producir en EE.UU., aunque esto pueda conllevar costos adicionales.
Según estimaciones, cada punto porcentual en los aranceles a productos chinos podría reflejarse en un incremento similar en la inflación local. Sin embargo, a largo plazo, países emergentes como México e incluso Brasil salir favorecidos si EE.UU. continúa trasladando su cadena de suministro fuera de China. Esto generaría nuevas oportunidades de inversión en estos mercados.
Analista financiero y de inversiones.