Los subtenientes ratificaron las vejaciones de parte de los 9 oficiales más antiguos y declararon que los obligaron a consumir bebidas alcohólicas, a tirarse a una pileta a pesar del frío y a comer con las manos.
Los dos subtenientes que desembarcaron en el Grupo de Artillería de Monte 3 junto a Matías Ezequiel Chirino ratificaron los abusos cometidos por los oficiales del cuartel de Paso de los Libres, en el denominado “ritual de iniciación” en la vida militar. Jorge Chaile y Rufino Meza dieron detalles del descontrol que hubo en la noche del 18 de junio y que derivó en la muerte de Chirino a causa de una broncoaspiración mientras dormía.
En la Fiscalía Federal de Paso de los Libres ya incorporaron al expediente el sumario que realizó el Ejército a causa del deceso. Allí, los jóvenes militares dieron precisiones sobre las prácticas que debieron sortear como parte de la “bienvenida” de los oficiales más antiguos.
El catamarqueño Chaile (27) relató que fue el subteniente Facundo Acosta quien los contactó para que se presentaran dos días antes de lo previsto en el Grupo de Artillería. El oficial les dijo que “el sábado, como mínimo” debían presentarse e “invitar la cena de presentación”. En su declaración, Chaile indicó que a su superior le dijo que tenía pasajes recién para el domingo, pero Acosta le dijo que de esa forma estaba empezando su carrera “con el pie izquierdo”.
Chaile habló con Matías Chirino para que se encargara de realizar las compras, ya que él recién llegaría ese sábado al anochecer, apenas un rato antes del horario de presentación. “Cuando llegamos al Grupo de Artillería, nos presentamos ante la subteniente Claudia Cayata, quien les ordenó que se cambiaran a uniforme civil”.
Los problemas para los nuevos empezaron cuando los nueve oficiales más antiguos advirtieron que las bebidas alcohólicas no eran de las marcas que ellos habían pedido: cerveza Corona, vino Rutini y whisky Jack Daniels.
“Nos invitaban a beber de sus vasos todo tipo de bebidas y se burlaban de nosotros porque habíamos llegado a Paso de los Libres con nuestras familias”, sostuvo Chaile en su declaración, luego ratificada ante la Justicia, según precisó el diario Clarín.
Antes de la cena y mientras se preparaba el asado, Chaile y el subteniente Meza fueron enviados a vestirse con uniforme de gimnasia y la malla de natación. “Nos llevaron al sector de la pileta. El teniente primero nos preguntó si sabíamos nadar. Yo le dije que no, y entonces me dijo que debía tirarme cerca del borde”. Chirino ya había sido enviado a Paso de los Libres en busca de más alcohol.
Después de sumergirse en la pileta de agua helada, los subtenientes fueron enviados a sus habitaciones para cambiarse y volver al casino. “Ahí me pasaron un vaso de vino que tenía mucha sal y les dije que era hipertenso para que no lo repitieran con mis compañeros”, detalló el joven.
Los tres subtenientes habían tenido que dejar sus celulares en una mesa del casino. “Como Chirino se demoraba en volver, me piden que lo llame. Cuando llegó, me dijeron que yo bajara las cosas y que él fuera a cambiarse de ropa. También lo hicieron tirarse a la pileta”, detalló.
Las humillaciones continuarían durante la cena. “Les servimos el asado pero nosotros no pudimos probarlo. A nosotros nos dieron platos con fideos hervidos y tuvimos que comer sin cubiertos”, recordó Chaile.
El “ritual” continuaría hasta la madrugada. “Nos hacían cantar la oración del soldado y si nos equivocábamos nos hacían correr alrededor del casino o hacer flexiones de brazos. O nos obligaban a tomar whisky”, detalló.
En otro tramo de su declaración, Chaile contó que sus superiores dijeron que iban a desquitarse con Chirino porque estaba demorando demasiado en retornar con las bebidas y los cigarrillos, y que eso lo hacía para consumir menos alcohol.
La declaración del subteniente Rufino Meza tuvo coincidencias sobre el “ritual”, y aportó detalles de las bebidas que esa noche les obligaron a llevar: diez botellas de cerveza, seis botellas de vino, dos de champagne y un whisky.
Por la muerte de Chirino, son nueve los oficiales que están siendo investigados. Se trata de los oficiales más antiguos que obligaron a los subtenientes a pasar por un salvaje “ritual de bienvenida”.
De la declaración de Meza y Chaile surge que tanto el jefe como el segundo jefe del Grupo de Artillería no estaban al tanto de la cena ni de su arribo a la unidad dos días antes de su incorporación formal.
Por su parte, una empleada del casino relató que el día posterior a la recepción de los nuevos oficiales, se encontró con el lugar totalmente desordenado, con sillas de madera rotas y una gran cantidad de botellas de bebidas alcohólicas tiradas.
