En diálogo con Infobae, Oscar Silva brindó detalles del operativo guaraní que generó el conflicto entre ambos países. “Fue muy fea la situación, no se lo deseo a nadie”, admitió.
“Tuve miedo”, dijo a Infobae el pescador correntino Oscar Silva y —de esa manera— se refirió al hecho ocurrido el último domingo, cuando su bote fue abordado en territorio argentino por la Marina paraguaya, suscitando un conflicto entre ambos países por violación de soberanía. Incidentes como este “son habituales” en el Río Paraná, agregó el hombre. La Prefectura argentina, en tanto, aumentó el patrullaje en el área.
Silva es baqueano del río y guía de pesca. Lo conocen en la zona de Ituzaingó, Corrientes, como “Cuca”. Hace 35 años comenzó a usar el apodo como marca comercial para su emprendimiento “Cuca Pesca Deportiva”: atiende a turistas argentinos, paraguayos y brasileros.
El área formada por las islas Apipé grande y chica es especial para la pesca con devolución. El pique del dorado se da entre enero y abril. Desde junio y hasta septiembre, lo que más sale es surubí, tirapará y manguruyú, según describió.
Silva no olvidará jamás la jornada del 25 de junio. Lo que vivió será una de las estrellas del anecdotario florido e inagotable del que suelen hacer gala los pescadores del Paraná. Ese domingo al mediodía terminó una excursión de pesca con un grupo de turistas y a primera hora de la tarde decidió salir nuevamente al río con dos amigos —Juan Pedro Acuña y Esteban Kriskovich— para pasar la tarde.
Mientras navegaba por aguas argentinas buscando un lugar donde tirar el anzuelo. Entonces, su bote —el “Buen Jesús”— fue abordado por la fuerza por personal de la Prefectura paraguaya. Intentaron detenerlo y secuestrar sus pertenencias. El episodio generó una disputa diplomática entre Argentina y Paraguay que aún no se ha apaciguado.
“Soy baqueano. Tengo bien clara la zona. Sé dónde está el canal (del río, que divide el territorio argentino del guaraní), dónde se puede ir a pescar y dónde no. El problema que tuve con la Marina paraguaya fue porque ellos me abordaron en aguas argentinas”, relató.
Silva negó la versión paraguaya que relata que, antes del abordaje, había existido un incidente aguas abajo de la represa de Yacyretá y en horas posteriores al mediodía. La Prefectura guaraní afirmó que la embarcación argentina se escapó cuando estaba por ser controlada.
“No nos dimos a la fuga en ningún momento. Salimos a las 15 de nuestro muelle privado y nos dirigimos aguas abajo (en dirección opuesta a la presa), hacia Punta Ñaró. El problema fue a eso de las 17.30″, aclaró el hombre.
“Quiero pensar que estaban confundidos con los límites del canal. Y por eso abordaron nuestra embarcación”, deslizó luego.
El baqueano correntino también dijo que es falso que retuvieron a un prefecto paraguaya en su bote y lo llevaron por la fuerza a la costa argentina, lo que desencadenó que se produzca la persecución y un segundo abordaje, como sostuvo el Gobierno guaraní.
“Lo niego rotundamente. Jamás tuvimos una persecución con ellos. Nosotros estábamos en movimiento con la embarcación sobre aguas argentinas cuando ellos nos abordan. Nadie invitó al prefecto a subir. Se lanzó dentro de nuestro bote cuando estábamos a 30 metros de la costa argentina sobre el lado argentino del canal”, expuso.
Silva dijo que los oficiales paraguayos portaban sus armas reglamentarias, pero no los apuntaron ni las desenfundaron en ningún momento. Sí hubo amenazas. “Tenían las armas en la cintura y hacían movimientos de que las iban a sacar si no nos dirigíamos a Paraguay. Por eso el prefecto se metió en mi bote, para llevarnos a aguas paraguayas”, relató.
“Somos humanos, con sangre y carne. Tuvimos miedo. Fue muy fea la situación que pasamos. No se lo deseo a nadie”, reflexionó.
El pescador dijo que la Prefectura argentina trabaja muy bien en la zona. “Ahora el Gobernador (Gustavo Valdés) hizo unos trámites para nosotros y enviaron refuerzos. Se duplicó la cantidad de agentes”, estimó. A esto se suma la presencia de un barco de la fuerza de seguridad nacional.
Silva volverá en los próximos días a navegar con turistas que quieren pescar. Dijo que, a pesar de lo ocurrido, se siente seguro: “Tenemos a la Prefectura argentina que nos custodia todos los días”, subrayó. Por último, reseñó: “Casos como el mío hay. Son frecuentes. De todos los días. Solo que no se denuncian”.
En la zona se da una particularidad: el canal divide el río entre Argentina y Paraguay. Pero hay islas que son territorio argentino que están sobre aguas paraguayas. Por lo que para ir del continente a esa zona hay que transitar sobre jurisdicción guaraní. El tránsito es libre desde que en 1856 ambos países acordaron la libre navegación del Paraná.
“Navegamos por aguas paraguayas para ir a nuestras islas y nos atajan, nos paran y nos piden permisos de pesca, pero no vamos a pescar en aguas paraguayas. Ya ocurrió el otro día. Pararon a un suboficial de la Prefectura argentina que andaba en su lancha particular. Es ilegal”, remató Silva.