El obispo emérito de la diócesis de Goya, monseñor Ricardo Oscar Faifer, presidió la Eucaristía de la Cena del Señor en la noche del Jueves Santo, en la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, destacando que “Jesús se levanto de la mesa, se sacó el manto, se ciñó una toalla en la cintura y fue lavando los pies a cada uno de los discípulos”.
El obispo en esa línea dijo que “es un ejemplo extraordinario del Señor Jesús para con nosotros sus discípulos como consecuencia, precisamente, de la Santa Misa”.
“Nos unimos a Él comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre, Jesús se mete dentro nuestro para hacernos cada vez más parecido a Él, para que podamos vivir, día a día, en actitud de servicio y de entrega generosa los unos a los otros” profundizó el obispo emérito. El jueves santo la Iglesia celebra el día del sacerdote, por eso, destaco: “Nosotros hemos recibido del Señor, atraves de la Iglesia este don precioso de ser sacerdotes para ustedes, de ser servidores”.
“El don del sacerdote es una gracia muy grande, para reconocer que somos hombres pecadores, pero, asumidos en nuestra pequeñez en el Señor para realizar la obra maravillosa de conducir a su pueblo, alimentarlos en nombre del Señor y hacerlo presente como pan y bebida que necesitamos para tener la vida de hijos de Dios” subrayó.
“Recen mucho por sus sacerdotes” pidió el obispo y planteó la necesidad de que haya más sacerdotes porque “somos pocos en esta diócesis de Goya, pero, el Señor en nuestra poquedad y en nuestra pequeñez sigue sirviendo a su pueblo”.
“Que vivamos en la fraternidad y sepamos cada día brindarnos a los demás con generosidad y con amor” alentó monseñor Ricardo Faifer.
“El Señor en la última cena también nos regaló el mandamiento del amor” resalto más adelante en su homilía.
“Jesús nos regala esta capacidad de romper esa caparazón de nuestro egoísmo y de andar pensando siempre en nosotros mismos, para brindarnos a los demás” señaló el obispo emérito.
Resalto luego: “Amor y servicio van unidos” porque un “servicio sin amor es algo vacio, un servicio sin amor se termina haciendo esclavitud, el servicio y el amor van juntos”.
Hizo un llamado “a renovarnos en el amor verdadero al Señor y, con la fuerza que él nos da, servir a los hermanos”.-
