Por Daniel Caran
La situación energética nacional ya fue más que explicitada en la conferencia en la cual el ministro Juan José Aranguren declaró la emergencia eléctrica.
La realidad es ésta, y decididamente todo marcha para el destino inevitable de los cortes programados.
Y si la medida del Gobierno de Macri busca "reconocer la realidad", bien puede apuntarse con claridad que la distribución del suministro "carece de la inversión necesaria en calidad y cantidad que requieren los usuarios".
"En este momento el problema más serio está en la distribución", sostuvo Aranguren, luego de advertir los numerosos cortes de luz que se producen durante el verano por el "colapso" del sistema.
¿Y en Corrientes cómo andamos?
La deficiencia apuntada a los problemas de distribución puede apuntarse claramente al ente energético provincial que maneja el superministro Vaz Torres.
Si desde Nación se perciben déficit en la distribución, ¿no es eso un ‘palo directo’ para aquellos organismos encargados de hacerlos en los distritos?.
Sin apuntar directamente a Vaz Torres, vale recordar que la DPEC –como todas las áreas oficiales- tiene más de una década de continuidad en su administración. Y cada año el mal se repite, irremediablemente.
Lo del aumento también tiene un destino fijo: tres provincias ya ven el ajuste en las boletas.
En Córdoba, Santa Fe y Mendoza ya comenzaron a aplicarse subas en las boletas de la luz. Y, en algunos casos, ese ajuste ya es de 40%.
Acá, nadie negó ni descartó… al contrario. Por cargo fijo y alumbrado público, anticipan aumentos.
“Un probable aumento de la tarifa no tiene que ver con si falte o no energía. Lo más importante es que la energía alcance y se distribuya bien”, dijo Enrique Vaz Torres.
Respecto a los inminentes aumentos que se vendrán, respondió: “son elementos que esperamos tras decisiones nacionales por tomar. Es una tarea muy grande, porque se está levantando la alfombra y se descubre lo escondido. Hay que ver qué se decide”.
O sea… la mano viene caliente. La luz quema.