Por Juan Tausk
La política de vacunación de Alberto Fernández causó durante la pandemia de coronavirus un 30% de fallecimientos evitables. En el pico de la mortandad faltaron 8 millones de vacunas Sputnik, 14 millones de Pfizer y las del programa COVAX. Lo revela un estudio avalado por Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina.
“No quiero saber más nada con eso” La pandemica de Covid-19 ya pasó hace dos años y medio y nos dolió en muertes cercanas, en pérdida de infancias y juventud, tiempos de estudio, ingresos y sobre todo de gozar la vida.
Encerrados cual presos y con el reproche moral del amenazante índice presidencial y de ministros de salud aterrorizando con sus ríos de sangre. Agotaron nuestra paciencia, nuestra economía y las reservas de la Nación.
Destinado al olvido, ¿quién querría volver a este tema? ¿Qué pasaría si una investigación periodística validada, enunciara que hubo cerca de 25.000 fallecimientos en el 2021, que pudieron no haber sido: el 30%.
No sólo interesa sino también irrita porque además, se verán las políticas de las vacunas que generaron ese efecto. Orienta la frase que pronuncia la cineasta argentina alemana Jeanine Meerapfel, en su documental Una mujer: “Tengo que poder recordar hasta que pueda olvidar”. A eso se denomina hacer un duelo, que probablemente los argentinos no hemos hecho aún.
¿Qué pasaría si una investigación periodística validada, enunciara que hubo cerca de 25.000 fallecimientos en el 2021, que pudieron no haber sido: el 30%"
Documentada en medios periodísticos y basada en la data del Ministerio de Salud de la Nación, la Organización Mundial de la Salud y otros, mi investigación demuestra una proporción en la que a mayor cantidad de vacunados con dos vacunas, calculados mes a mes, menor índice de mortalidad. Esos resultados aparecen en el informe completo en el libro a publicarse.
No me ocuparé de los males “menores”, bien llamados privilegios o transgresiones: el ministerial toilette vacunatorio, los jardineros allá en el Sur, los sonrientes pibes militantes que se la “chafaron” a sus abuelos o los festines báquicos cuando estábamos todos encerrados bajo amenaza de “echarnos los galgos”.
Ni siquiera sospechar intenciones de algún “vuelto” en la compra de las vacunas, en un país en que una coima se puede transformar en aporte electoral. Ni el canalla enunciado que dolió: “Se podía hacer, fui y lo hice”. Todo ello ha dañado la confianza, la credibilidad y el respeto hacia las instituciones de la República. Eso se cobra y se paga.
“La ruleta rusa y el camino de la seda”. “El gobierno hace lo posible por el éxito de la Sputnik, pero no se puede seguir luchando por ustedes y este proyecto”, desespera una funcionaria del MSN. Es que de la segunda dosis de la Sputnik, faltaron más de 8 millones de Sputnik, en el pico de la mortandad. Rusia prometió una vacuna que no pudo producir en cantidad suficiente, siendo nuestra “favorita” junto con Bielorusia, Serbia, Argelia, Autoridad Nacional Palestina, Venezuela y Paraguay.
El gobierno hace lo posible por el éxito de la Sputnik, pero no se puede seguir luchando por ustedes y este proyecto”, desespera una funcionaria del MSN"
Faltaron en esos 10 meses las 14 millones comprometidas por Pfizer, más las ofrecidas por el programa COVAX. ¿Por qué se las excluyeron dada la investigación de la Fase III en el Mili, que de tantos voluntarios, sobraron: ¡Esa es nuestra gente!
Ginés González García denunciaba “irregularidades contractuales” y “cosas indignas”. Alberto Fernández se lamentaba de “situaciones muy violentas” y “exigencias desmedidas que comprometían al país”. Concluyó que “nos sometimos a discusiones absurdas de cuestiones ideológicas”. Como si no hubieran sido tanto lo uno como lo otro.
Alberto Fernández no firmó con Pfizer "porque me ponía en una situación muy violenta de exigencias"
Luego Alberto Fernández se reunió con Vladimir Putin y lo alentó a “abrirse a otros lados” y “dejar esa gran dependencia con el Fondo y los EEUU” y le ofrece “abrirle las puertas de Latinoamérica”. Lo debe haber convencido, porque días después lanzó su guerra a Ucrania.
Ya visitando a Xi Xinping cree elogiarlo al decir que, si éste fuera argentino, sería peronista. Es como decir del General que fuera maoísta. Pero mereció el Collar de la Orden del Libertador: la lluvia de vacunas chinas nos salvaron.
Covid-19 en Argentina
La difusión de la pandemia y la creciente mortandad nos acosaban en el 2020. El presidente envió bien el proyecto de ley de vacunas al Congreso en setiembre 2020: fue la mano de Vilma Ibarra. En su 4º Artículo decía: “…establezcan las condiciones de indemnidad…”, que requerían todos los laboratorios. Eran vacunas en estudio sin haberse fabricado aún y sin el tiempo y las pruebas requeridas por la OMS y los entes nacionales de control.
El proyecto entró a la Comisión de Acción Social y Salud Pública - CASSP (Diputados), se discutió por Zoom el 30 de setiembre de 2020. Mauricio Monsalto, funcionario del Ministerio de Salud de la Nación - que se había reunido dos veces con el representante legal del laboratorio Pfizer -comparte su conocimiento y considera que esa indemnidad era excesiva y que no incluye lo que denomina “conductas malintencionadas, maliciosas o fraudulentas”.
Se pasó a cuarto intermedio y el presidente de la CASSP, Pablo Yedlin (Frente de todos) invitó a las tres jefas de bloque a preparar una propuesta. No se pudieron encontrar esas sesiones en los registros del Congreso - claves para resolver el enigma - y estando el autor de esta investigación por desistir, aparecen colgadas en “Youtube”. Hoy sigue faltando la primera, ¡no se demoren!
Al día siguiente el presidente agradeció y destacó el aporte de Cecilia Moreau (Frente de Todos). No se explica y nadie preguntó el agregado de la palabra clave: “negligencia” en el art. 4º.: “…con excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia…”.
Tiempo después Moreau se preguntó porqué no se pudo firmar con Pfizer; Graciela Ocaña (Juntos por el cambio) dijo “que el Congreso y los bloques no conocíamos cuáles eran las condiciones de los laboratorios” yClaudia Najul (UCR), “que no tuvieron tiempo de estudiar la ley, pues la recibieron el día anterior”.
No se explica y nadie preguntó el agregado de la palabra clave: 'negligencia” en el art. 4º.: “…con excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia…' "
La Comisión aprobó por unanimidad y lo celebró: no hubo grieta. En la Cámara de Diputados y en el Senado pasó sin explicación ni preguntas, con una mayoría entusiasmada.
Se hizo ley y cayeron todas las vacunas de los laboratorios americanos. El porvenir de los argentinos quedaba sellado en manos de las por venir rusas y luego las chinas. No se estudió, asesoró o pensó lo suficiente, pues de inmediato se replicó en las legislaturas de Provincia de Buenos Aires y CABA.
25 mil personas que no deberían haber muerto
Parte de la oposición trinó hasta que Gobierno y Congreso dieron ”el brazo a torcer”, con el DNU de julio de 2021: mes cumbre de mortalidad. La nueva versión eliminó el cambio que surgió en la CASSP e indica “conductas dolosas”, tipificado en el Código Penal.
Entran las vacunas americanas, pero ya era tarde: la epidemia estaba cediendo a fines de setiembre. Luego sí, sobraron vacunas “a lo pavo” y hasta en desuso. La pandemia podría haber cedido al menos dos meses antes.
Si un imaginario observador hubiera apreciado la falta de saber y ciertamente de sentido común, el experimento totalitario de control social con la cuarentena, el extenso cierre de las escuelas,el daño en niños, adolescentes y jóvenes, la parálisis de la economía y finalmente la terca necedad de no cambiar la ley, podría afirmar que nos pegamos un tiro… en los pies. Observaría la consecuencia: la mortandad evitable.
El experimento totalitario de control social con la cuarentena, el extenso cierre de las escuelas,el daño en niños, adolescentes y jóvenes, la parálisis de la economía y finalmente la terca necedad de no cambiar la ley"
Desde el acceso vedado a un entierro digno que honre la vida, desde la soledad de estar totalmente solos, sin ser despedidos por la familia y el mayor de los dolores, que haya habido tantas vidas que no llegaron a cumplirse en su tiempo y en sus entornos amorosos. Por ese dolor, esta investigación avalada por Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina.
El orgullo por nuestra gente. Todos observamos y valoramos el trabajo del Ministerio de Salud de la Nación y los Ministerios de Salud de las provincias. Con problemas y quizás errores imperdonables, pero dando respuesta a las emergencias y protegiendo a toda la ciudadanía. Coordinaron el desempeño maravilloso de los hospitales y el sistema de salud, público y privado, incluso los centros vacunatorios en parroquias, sinagogas y mezquitas, centros sociales y deportivos. Hubo seriedad y buen trato. Se ofreció atención sanitaria de calidad a todos los ciudadanos. Salvo los vacunatorios de “morondanga” de una muchachada militante.
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Es cierto que nos ha ido mejor que otros países de América. El Ministerio de Salud de la Nación compara las muertes en exceso en 2021: 26.3%, mientras que Brasil 34,3% y EEUU 17,8%.
Vale recordar que para Bolsonaro la pandemia era una “gripeçinha” y que para Trump se arreglaba con buches de lavandina. En ambos países la cuarentena fue efímera y la actividad comercial e industrial no se detuvo, como en nuestro país. Pero además hay una diferencia: nuestro sistema de salud, público y privado, se extiende a toda la población y es centralizado.
El MSN y los provinciales, coordinaron el desempeño de los hospitales y el sistema de salud, público y privado, incluso los centros vacunatorios en parroquias, sinagogas y mezquitas, centros sociales y deportivos. Hubo seriedad y buen trato"
Por ello el autor se permite conjeturar que nos podría haber ido tanto mejor, más cerca de aquellos países con mucho menores índices (6 a 12 %) de haberse tenido las vacunas que se evitó comprar.
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Nuestros médicos, personal de salud y tantos voluntarios actuaron obligados, de cuerpo y alma, a sus convicciones personales, al juramento hipocrático y a la bíblica afirmación de: “aquel que salva una vida, es como si salvara el Universo entero”.
Poniendo sus vidas en riesgo, no pocos fallecieron en su misión. ¡Se jugaron la vida por nosotros! Aun no les llegó el merecido elogio y reconocimiento, porque también sobre ellos cayó la sombra del olvido.
Falta valorar asimismo, el compromiso, el espíritu solidario y la moral que demostró el gran pueblo argentino.
El dolor y la pena nos siguen habitando – pese al aturdimiento diario del devenir económico, delictual y político - reclaman honrar la memoria de nuestros hermanos cuyas vidas no han podido ser vividas, en su tiempo y en sus entornos amorosos.
No olvidando, sino procurando saber lo acontecido, disipar el silencio y aprender de ello.