Por Patricio Iraolagoitia
Antes del coronavirus, el trabajo flexible comenzaba a avanzar, pero la adopción masiva continuaba siendo un hecho aislado. Sin embargo, el cambio forzado al trabajo remoto ha disipado muchos de esos temores y ha convertido a escépticos en creyentes.
En medio de la pandemia, el trabajo remoto es en gran medida la nueva norma. En muchos países, las directrices gubernamentales indican que, a excepción de los trabajadores clave, como los profesionales de los servicios de salud, los servicios de emergencia y los trabajadores de producción de alimentos, el personal debe trabajar desde sus casas tanto como sea posible.
Incluso antes del coronavirus, el trabajo flexible comenzaba a avanzar, pero la adopción masiva continuaba siendo un hecho aislado. Los gerentes, preocupados por la visibilidad, la colaboración virtual y la autodisciplina se resistían a que su trabajo se desarrollara de manera virtual. En una investigación de Anne Corder Recruitment en 2019 se determinó que al 29 % de los empleadores le preocupaba el impacto que tendría el trabajo remoto en la cultura y la productividad de su lugar de labor. Otro 29% sentía que no podía confiar en que su fuerza laboral actual funcionara a su capacidad prevista.
Sin embargo, el cambio forzado al trabajo remoto ha disipado muchos de esos temores y ha convertido a escépticos en creyentes. La videoconferencia ha sido de especial utilidad para ayudar a superar este obstáculo. Los empleados han preguntado a sus jefes si pueden trabajar de manera remota por años. En un informe sobre el estado del trabajo remoto de 2019 realizado por Buffer, una empresa de software de administración de medios sociales, el 99% de los encuestados señaló que quisiera trabajar de manera remota por lo menos parte del tiempo del resto de sus carreras. La oferta de opciones de trabajo remoto por parte de una empresa incluso se ha convertido en un punto no negociable para los trabajadores modernos. De todas formas, el trabajo remoto antes de la pandemia era la excepción y no la regla. Sin embargo, entre la comunidad de trabajadores independientes y por cuenta propia ocurre lo contrario. Lo cierto es que ha habido mucho temor y confusión con respecto a lo que significa el trabajo remoto.
La implementación de una estrategia sólida de trabajo remoto no solo promueve la productividad, sino que respalda el bienestar de los empleados. Sería esperable que esta ventana al trabajo remoto demuestre a los líderes empresariales el valor de este estilo de labor. Poder ver lo positivo de la pandemia como una oportunidad de adoptar buenas prácticas para cuando salgamos de ella, significará una ventaja competitiva para algunas empresas. Empezar a pensar en cómo la empresa puede traducir algunas de las lecciones aprendidas de este período de trabajo remoto una vez que se levanten las restricciones.
Este período ha animado a las personas a reflexionar acerca de la manera en que trabajan bien y de la empatía que se ha fomentado. La rutina monótona de ir a la oficina no nos permite ser conscientes de nosotros mismos, mientras que todo esto nos ha forzado a todos a pensar en cómo trabajamos de la mejor manera.
Sería interesante la implementación de programas que brinden a los empleados la flexibilidad de elegir el estilo de trabajo que mejor equilibre sus compromisos profesionales y personales. Estos programas permiten aprender cosas importantes sobre la creación de un entorno de trabajo móvil, colaborativo y flexible. Para eso es importante tener en cuenta algunos aspectos esenciales:
La tecnología que requieren los colaboradores para trabajar de manera flexible. La mayoría de los trabajadores tienen herramientas, datos y aplicaciones poderosas en sus dispositivos personales y esperan el mismo tipo de experiencia en su entorno de trabajo, independiente del lugar donde se instalen. Deberá asegurarse que la tecnología que proporcione satisfaga las necesidades de los empleados y considere los requisitos de un lugar de trabajo moderno, donde el trabajo no es un lugar, sino una actividad. Habrá que tener en cuenta la importancia de brindar dispositivos, periféricos, aplicaciones, seguridad, conectividad, etc., para permitir que los trabajadores colaboren independientemente de dónde se encuentren.
La seguridad es otro aspecto importante. Uno de los mayores obstáculos que enfrentan las organizaciones es cómo habilitar la productividad de los trabajadores desde cualquier lugar sin comprometer la seguridad. Es probable que ya existan políticas de seguridad implementadas, por lo tanto, es necesario evolucionar para acomodar nuevas tecnologías y enfoques de trabajo. En la era digital, los humanos y los datos están cada vez más conectados. Cuando la relación entre seguridad y TI es continua y recíproca, los beneficios son poderosos.
Los recursos humanos o la fuerza laboral son fundamentales. Si se va a permitir la flexibilidad de la fuerza laboral, se debe crear una cultura que la abrace para garantizar que el equipo pueda dar lo mejor, tanto personal como profesionalmente. Es importante hacer partícipe a toda la organización al definir políticas. Las personas son el elemento vital de una organización y la forma en que se aborda la flexibilidad de la fuerza laboral debe basarse en la estrategia comercial y operativa de la organización. Deben asegurarse protocolos, políticas, procesos e infraestructura para que los equipos tengan las herramientas que necesitan para realizar su trabajo.
Las instalaciones implicarán cambios. Proporcionar flexibilidad y elección en el diseño del espacio físico es importante. Habrá que cambiar la forma en que pensamos sobre cómo invertimos en nuestros espacios de trabajo, ya que todavía habrá empleados que vendrán a trabajar, pero la forma en que trabajan en una oficina también ha evolucionado. Es importante desarrollar espacios para fomentar la innovación, la creatividad e impulsar una mayor colaboración. No hay dos espacios iguales. Se trata de diseñar las instalaciones para satisfacer las necesidades del negocio y ayudar a garantizar el éxito de los trabajadores.
La combinación de estos enfoques críticos de tecnología, seguridad, recursos humanos e instalaciones en un programa corporativo integral, logrará atraer y retener al mejor talento, proteger la salud y la seguridad de los miembros del equipo y equilibrar la necesidad de ayudar a los clientes. En definitiva permitirá mantener el negocio en funcionamiento.