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Opinión del Lector

La pérdida ocasiona un importante desequilibrio y desajuste emocional -Desarrollo Humano-

María Antonia Galvaliz

Por María Antonia Galvaliz

Muchas veces las circunstancias suelen torcer el rumbo de nuestra vida trayéndonos una o varias perdidas que supone un gran dolor con tristeza y, nos desorganiza bio-psíquica-emocional-espiritual, en que inexorablemente esto, nos introduce en un duelo, debiendo nosotros respetarlo y transitarlo para poder sanar.

Pérdida que no sólo puede ser el fallecimiento de un ser querido, sino también por ejemplo, la incapacidad de fecundar, la imposibilidad de recibir amor de algún ser querido, pérdida de trabajo, deterioros o cambio en la salud, disminución en finanzas o el dinero con que se contaba, pérdida del status o jerarquías, mudanzas de país, lugares o viviendas, ruptura de relaciones, cambios o disminuciones en capacidades por ejemplo el ver, oír, recordar, etcétera, o pérdidas de capacidades psicológicas, ejemplo perder la memoria, cambios en la imagen corporal, engordar o adelgazar, perder la movilidad, perder la imagen física por desmembramientos, deformidades por accidentes o amputaciones y desfiguraciones.

Es así que la pérdida ocasiona un importante desequilibrio y desajuste emocional, por ej.: nos ocasiona un mundo doloroso de emociones negativas como ser la tristeza, confusión, rabia, impotencia, frustración, auto reproches, culpas, desgano, cansancio, miedo, soledad, desamparo.

Frente a una perdida entramos en un duelo que duele y lleva su tiempo.

El duelo es un proceso para recuperar el equilibrio perdido.

En este sentido es fundamental cerrar el círculo del dolor y de la pérdida; hay que dar la bienvenida a ese duelo, permitirse transitar heroicamente ese camino de reconocer, comprender, sentir el dolor, aceptarlo, integrarlo.

Dilatar o no hacer este proceso acarrea de por vida la llaga eterna y sangrante del vacío, tristeza, depresión y malestar. ¡Es necesario resignificar!

Este es un camino de adaptación emocional que nos permitirá restablecer el equilibrio personal que ha sido alterado por esa pérdida, que trajo confusión, miedo, ira, frustración.

¿Sabías que las principales emociones del duelo son la tristeza, enfado, culpa, auto reproche, bloqueo, ansiedad, fatiga, rabia, impotencia, anhelo, confusión, miedo, vacío, alivio, emancipación?

¿Sabías que las sensaciones físicas más recurrentes son la opresión en el pecho, garganta, hipersensibilidad al ruido, vértigo, náuseas, temblores, irregularidad ritmo cardiaco, falta de aire, debilidad muscular, falta de energía, sensación de despersonalización, sequedad en la boca, apatía?

¿Sabías qué las conductas más frecuentes de los dolientes son: evitar recordar o soñar con la persona que hemos perdido, suspirar, llorar, alteraciones del sueño, buscarlo/a y llamar en voz alta?

¿Sabías que los pensamientos más reiterados son la incredulidad, confusión, preocupación, alucinaciones fugaces, sentido de presencia u oír su voz, sensación de irrealidad?

Elisabeth Kügler-Ross, psiquiatra y escritora suiza-estadounidense, resalta que el duelo se manifiesta en cinco fases y no necesariamente se dan en todos los casos:

1) Fase de negación: negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida.

2) Fase de enfado, indiferencia o ira: estado de descontento por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones casuales y culpabilidad.

3) Fase de negociación: negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda.

4) Fase de dolor emocional o depresión: se experimenta tristeza por la pérdida. Puede llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo. (Manifestaciones de tristeza profunda y abatimiento duradero).

5) Fase de aceptación: se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida. Teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar. Se la integra a la vida personal.

Hay que saber que: si los síntomas del duelo no disminuyen pasado los cuatro a cinco años provocando inconvenientes para desenvolverse equilibrada y fluidamente en la vida diaria, es conveniente solicitar acompañamiento profesional (cómo los qué brindo en consulta) evitando caer en un estado de depresión crónica; en este caso estaríamos hablando de un Duelo Patológico.

Dar la bienvenida al proceso de duelo permitirá a la persona sufriente ir habilitándose, recuperarse, compatibilizando paulatinamente con la nueva realidad.

Es interesante recordar que todo tiene su momento bajo el cielo; un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto y un tiempo para saltar de alegría; un tiempo para abrazarse y un tiempo para despedirse; un tiempo para guardar y un tiempo para soltar.

En estos casos de perdida y duelo, el dolor se aliviana con acompañamiento profesional, respetando el tiempo de duelo, trabajando para conseguir resignificar, rediseñar, reforzar el sentido de vida de la existencia, comprendiendo que la vida continúa a pesar del dolor.

Te mando un beso inmenso TG.

IG Tona Galvaliz.

FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación-

Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.

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