Por Daniel Caran
Está ocurriendo la segunda ola de Coronavirus en el país, la región y la provincia. Lamentablemente el pronóstico sanitario indicaba esto desde diciembre de 2020, el inicio de una nueva oleada de contagios y muertes estaba atisbada para fines de febrero y marzo de 2021.
Sin embargo, a pesar de esa información la gestión sanitaria en la provincia sigue siendo lenta, por ser benévolo en la observación. La campaña de inmunización avanza con parsimonia y errores. Lo vimos el pasado viernes con centros vacunatorios en Bellavista y Paso de los Libres demorados en el inicio de la aplicación de las vacunas. Lo más grave fue que se trataba de dosis para mayores de 65 años. Tuvieron que esperar horas para ser inmunizados, aglutinados sin ningún tipo de control sanitario. Vaya paradoja no. Todo en un centro de vacunación.
Es solo la muestra de un tropiezo constante en la distribución de las vacunas anticovid-19 en nuestra provincia. A casi un mes del escándalo del transporte sospechoso de 900 dosis por parte del ministro de Salud Pública.
Ingresamos al cuarto mes del año y otra vez tenemos un panorama oscuro a pesar del optimismo que intentamos poner. Porque a la cuestión sanitaria se le suma la pobreza estructural en Corrientes. Una nueva medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestra que casi el 43% de su población es pobre. En lo que respecta a conglomerados urbanos la capital de Corrientes se ubica por detrás de Resistencia (Chaco) y lamentablemente pareciera ser que el tema no es digno de discusión y abordaje en la nuestra clase dirigente.
Estamos en un año donde Corrientes renovará todas sus autoridades electivas. Debemos debatir hacia dónde queremos ir, pero es un debate urgente con casi la mitad de la población pobre.
Hablamos de generaciones enteras de correntinos y correntinas que deben tener una luz de esperanza para saber que no están condenados de por vida a existir en la miseria.
Este tiempo que transitamos debe ayudarnos a meditar, a encontrarnos con nuestro espíritu solidario y comprometido con el otro.
Felices pascuas y ojalá en la próxima podamos volver a abrazarnos y compartir como siempre lo hicimos.