Por Daniel Caran
Al menos en Corrientes ya no hay más eufemismos en el disimulo de la carrera electoral, en pleno brote epidémico de Coronavirus, quienes ocupan cargos electivos ahora van por la continuidad de los mismos.
No es una crítica. Es una observación y es justamente en esa mirada donde aparece la pregunta: ¿Cuál será el orden de prioridades para la actual administración provincial en medio de una campaña proselitista atravesada por la segunda ola pandémica?
Los números de contagios y fallecimientos –se superó el centenar y aún no termina el mes- no son alentadores, al contrario, muestran una curva ascendente camino al invierno en este reciente inicio de otoño.
También los números de campaña de vacunación en la provincia no son alentadores, pareciera ser que cuantas más dosis recibe la provincia, más lenta es la inmunización de correntinos y correntinas. Hay sectores de trabajadores esenciales que todavía no completaron su vacunación e incluso, ni siquiera recibieron el primer componente de la vacuna anticovid-19. Policías, médicos y docentes, en esos dos últimos rubros los que se desempeñan en el ámbito privado, no fueron aún inmunizados.
Los adultos mayores de 60 y 65 años siguen esperando los turnos para concurrir a los centros de vacunación. Todo es un concierto de lentitud. No hay explicaciones por parte de las autoridades que sí se esmeran en mostrar una realidad paralela a la que el resto de los correntinos vemos todos los días.
Goya, una de las ciudades más golpeadas por el Coronavirus en esta segunda ola también mostró otra metáfora de la política argentina y correntina de los últimos tiempos. Esta semana que dejamos atrás, inició el remate de maquinaria que era ocupada en la planta tabacalera Massalin. Fábrica que cerró sus puertas en octubre de 2019. En plena campaña presidencial y en la que el ex Presidente Mauricio Macri buscó su reelección.
Unas 220 familia quedaron sin sustento además de la extinción de un ícono industrial de 65 años en Corrientes. Es importante mantener el triste recuerdo de estas cuestiones porque, como se dijo más arriba, estamos en un tiempo electoral donde a los correntinos se nos pedirá volver a confiar y no es poca cosa.
Necesitamos avanzar en la campaña de inmunización a la población, a todos los sectores, no hay excusas. Las vacunas están, solamente hay que trabajar: con responsabilidad y transparencia, pensando en el prójimo, en el otro.
En ese sentido también es responsabilidad de quienes gobiernan de informar realmente lo que pasa con la cuestión sanitaria, que el menaje sea claro. No alarmista pero sí la contundencia de que no estamos bien, atravesamos una segunda parte de una pandemia que lleva más de un año.
El resguardo de la vida no puede esperar. Lo demás sí.
